Construye tu propio barco volador y explora un mundo abierto mientras te enfrentas a piratas de los cielos y toda suerte de monstruos. Reclama tu territorio haciendo acopio de tu navío de combate o bátete en duelo con tus enemigos a pie… Así se define Black Skylands, un videojuego desarrollado por el estudio independiente Hungry Couch Games. Disponible desde el pasado 9 de julio de 2021, ha sido publicado por tinyBuild, aunque todavía se encuentra en early access. O lo que es lo mismo, aquestas nuestras primeras impresiones se construyen sobre un título que no ha finalizado su fase de desarrollo.
¿Y cuál es la diferencia entre una y otra? Para que os hagáis una idea, el estudio ha comentado que «la versión final de Black Skylands tendrá más o menos el doble de tamaño que la versión de acceso anticipado». De la misma forma, se irán incluyendo mejoras en las mecánicas de juego mientras se realizan revisiones de equilibro. En resumidas cuentas, que irá a más y a mejor teniendo siempre en cuenta, claro está, el feedback de la comunidad. Sabiendo esto, os pido que os toméis esto como lo que es: las primeras impresiones de un videojuego todavía en desarrolla y mucho margen de mejora.
P.D. El juego está completamente traducido al español.
Black Skylands
Black Skylands empieza fuerte. Tan fuerte que, sin previo aviso, se nos presenta un mundo del que no sabemos nada sin ninguna clase de introducción previa. Nos despertamos, de golpe y porrazo, controlando a una joven de once años llamada Eva. Al parecer, somos parte de una suerte de colonia que habita en una de las numerosas islas que pueblan el mundo… en el cielo. Desconocemos cómo, pero la tierra está suspendida en el aire sin motivos aparentes. Con un ritmo demasiado acelerado y unos diálogos bien planteados, aunque algo incoherentes a tenor de la situación, se nos explica que nuestro padre estaba de viaje y que acaba de regresar para nuestro cumpleaños. No hay tiempo de saludos: nos manda a recoger un paquete casi sin decirnos hola.
El juego arranca de forma exageradamente abrupta y no nos da tiempo a asimilar la situación. Es más, en cuestión de unos pocos minutos ya se nos están dando indicaciones de cómo controlar nuestra propia nave mientras disparamos con una pistola de ¿juguete? Los primeros minutos de gameplay son algo erráticos y confusos hasta el punto de que, en cierto momento, alguien muere y no sabemos quién; más adelante os explicaré el porqué. Sea como fuere, y volviendo al tema que nos acontece, todo avanza tan rápido que, antes de darnos cuenta, nuestro padre libera una extraña criatura que parece ser sinónimo de futuro. No obstante, la cosa sale mal, el bicho se descontrola, hay disparos… y pasan 11 años.
Un ritmo narrativo demasiado acelerado
De repente, destrozan nuestra ciudad a bombazos y nos dedicamos a construir tumbas que luego liberamos y explotamos en el cielo. Sin tiempo a entender que está pasando, el agresor se disculpa e intenta justificarse… Es un viejo conocido. ¿Os está costando pillarlo? Pues entonces os he expresado bastante bien lo que me pasó a mí por la cabeza cuando empecé a jugar. Por suerte, la cosa mejora cuando vamos avanzando en nuestra partida. A medida que la historia avanza, los diálogos cobran más sentido y la situación se asienta mientras vamos obteniendo información. Aprehendemos el contexto general durante la primera hora de juego y del resto de elementos situacionales durante el resto de la partida. Así pues, podemos concluir que va de menos a más de forma progresiva.
Tal es así que, en cierto momento, empecemos a entender cómo funciona todo. No me refiero, todo sea dicho, al argumento, sino al mundo. Es decir, a la relación entre las islas del cielo, la presencia de piratas especiales, el trabajo de nuestro padre o nuestra función en la colonia, etc. Todo se va explicando poco a poco a través de notas de texto que encontramos por el mundo y diálogos mientras nos enfrentamos a toda suerte de criaturas con forma de monstruo y humanos con ganas de robarnos nuestras pertenencias. La premisa, a su modo, nos recuerda a Mad Max, pero en el cielo, y eso es algo que me ha gustado mucho. La idiosincrasia de las islas y sus gentes es interesante, aunque hay aspectos que todavía no están del todo desarrollados. Tiempo al tiempo.
Crea, dispara y destruye
En otro orden de cosas, la jugabilidad. Sin llegar a ser la joya de la corona, Black Skylands es un indie con ideas bastante interesantes. Para empezar, se define a sí mismo como un twin-stick shooter con perspectiva «vista de águila». Es decir, mientras lo vemos todo desde arriba, podremos apuntar a cualquier punto de nuestro alrededor a través de una línea de disparo recta. Sabiendo esto, ¿qué opciones nos ofrece el videojuego?
Disparos
Black Skylands es, en cierto modo, un shooter. Nos presenta, por tanto, una serie de armas que podemos ir desbloqueando y mejorando mientras perfilamos nuestro estilo de combate. Por desgracia, el gunplay no termina de funcionar como debería, ya que apuntar puede ser una verdadera odisea… sobre todo si usamos el mando. Con teclado y ratón la cosa cambia, aunque siguen siendo necesarios algunos ajustes. Sea como fuere, las batallas son bastante ágiles y dinámicas si conseguimos pillarle el truco y atinar un 50% de las veces. Cabría esperar que, en caso contrario, los ataques cuerpo a cuerpo fuesen especialmente efectivos, pero no es el caso.
Cuando nos quisimos dar cuenta, la curva de equilibrio y dificultad nos reveló que los ataques cuerpo a cuerpo son bastante inútiles cuando te enfrentas a un enemigo medianamente poderoso. Así pues, lanzarte de frente a por un enemigo mientras esgrimes tu cuchillo no es una buena idea; pocos enemigos caerán con la velocidad suficiente como para que sea rentable. Y eso que, para acelerar las cosas, disponemos de un gancho. Además de permitirnos solventar obstáculos, recuperarnos cuando caemos al vacío o recoger objetos, es una herramienta que potencia muchísimo nuestra movilidad. Es un elemento interesante y que utilizaremos mucho, pero que no solventa las carencias del combate.
Exploración
El sistema de exploración va de la mano de los disparos, ya que no podemos entender Black Skylands sin lo uno ni lo otro. En cualquier caso, podemos diferenciar dos tipos de exploración: terrestre y aérea. Como ya he comentado al principio, el mundo se divide en islas, así que nos tocará ir de una a otra completando misiones (principales o secundarias) mientras surcamos los cielos con nuestro navío. Sobre la exploración en tierra firme, esta se reduce a revisar el mapa mientras nos batimos el cobre con el enemigo y recogemos recursos. En muchos casos será necesario utilizar el gancho para avanzar, aunque en otros tantos tendremos que llegar a un punto designado para abrir una puerta, liberar un cierre o torpedear al enemigo.
Sobre la nave, esta nos permitirá ir de un lugar a otro mientras nos enfrentamos a otra clase de rivales. Además de monstruos voladores, habrá navíos en forma de enemigo que abrirán fuego contra nosotros nada más vernos. Nos podremos defender, aunque ya os adelanto que los problemas de gunplay también se dan en las naves. Ahora bien, la cosa cambia en función de que barco volador utilicemos, ya que los hay de diferente modelo. Sea como fuere, además de preocuparnos de las batallas, tendremos que intentar evitar colisionar con los obstáculos que nos encontremos en el cielo y/o recoger recursos que están flotando por ahí si así lo consideramos necesario.
En ambos casos tendremos que preocuparnos de una barra de salud. Si la vida cae a cero, regresaremos unas pocas veces al combate si nuestra polilla (sí, la mascota del juego son polillas) tiene energía suficiente para rescatarnos. Su presencia se transcribe en continues limitados, aunque si morimos tampoco pasa nada: despertaremos en la última cama que hayamos utilizado y podremos seguir. Por cierto, la nave, además de la barra de vida, tendrá una segunda de gasolina; habrá que repostar de cuando en cuando si no queremos quedarnos tirados en mitad de la nada.
Recursos, mejoras y construcción
El último apartado importante del gameplay son los recursos, las mejoras y la construcción. Mientras viajamos por el mundo iremos obteniendo recursos, ya sea en forma de monedas, chatarra, madera o restos. Con estos podremos, o bien obtener mejores armas y armaduras, o bien mejorar nuestra nave. De igual manera, habrá otros tantos elementos que serán necesarios para construir edificios, los cuales se transcriben en toda suerte de mejoras para nuestro personaje o nuestro navío volador. Hay más, y es que estos mismos edificios sirven para desbloquear nuevos elementos y/o atraer ciudadanos a nuestra isla.
Llegados a este punto os preguntaréis para qué sirve… Pues para avanzar en la trama y obtener mejoras situacionales. Si tenemos los suficientes habitantes, podremos adquirir mejoras (daño adicional, por ejemplo) temporales que seguirán vigentes siempre y cuando la población no baje y la tengamos seleccionada. Puede parecer sencillo, pero la cosa se complica cuando rescatamos islas adicionales del control enemigo. Siguiendo la lógica del mundo, no somos los únicos que podemos conquistar un territorio, así que tendremos que prestar atención al mapa e ir defendiendo nuestras colonias si queremos mantener el control.
Siendo sincero, el sistema es muy interesante. Es, a fin de cuentas, quien da vida al juego. Es, sin duda, el punto más original del videojuego, ya que no viene siendo habitual combinar las mecánicas de un building simulator con un twin-stick shooter de aire y tierra. Lo único que no me ha terminado de convencer a este respecto es la recolección de recursos, ya que solo podremos cogerlos de uno en uno. Si bien es cierto que podemos guardarlos en la nave y/o utilizar almacenes interconectados con esta última, es algo incómodo cuando nos pilla en un sitio demasiado retirado.
Apartado gráfico
Black Skylands emplea un precioso pixel-art para ejemplificar su particular visión del mundo. Muy colorido y repleto de detalles, es una verdadera gozada a la vista, pues todos y cada uno de los escenarios nos hacen soñar con un reino entre los cielos. El diseño de las naves, la estética del cielo o la mera escenografía son, sin más, preciosos. Es un juego muy, muy bonito. Ahora bien, no es oro todo lo que reluce. Si bien es cierto que la perspectiva en vista de águila justifica un diseño de personajes peculiar, esto no ayuda cuando queremos distinguir a unos de otros. Vamos, que más allá de un puñado muy reducido de caracteres, algunos se ven iguales.
Tanto que, al principio —ya os dije que os lo explicaría— alguien recibe un disparo. No obstante, el guion avanza tan rápido que no hemos tenido tiempo para aprender a diferenciar unos personajes de otros… no sabemos quien ha recibido el disparo o si está vivo o muerto. De la misma forma, los retratos de los personajes cuando hablan tampoco son santo de nuestra devoción. Se perfilan como retratos definidos con rasgos comiqueros, pero… Se queda a medio camino entre varios estilos y no termina de convencer.
Primeras impresiones de Black Skylands | Conclusiones
Con no otro objeto más que el de sintetizar los apartados anteriores, puedo concluir con lo siguiente: al igual que la narrativa, Black Skylands empieza de forma errática. La curva de dificultad se hace muy cuesta arriba durante las primeras horas de juego y cuesta pillarle el truco. Tiene aspectos que no están del todo pulidos, pero a cambio ofrece una mecánica de juego interesante con mucho potencial. Divertido y frustrante a la par, aboga por un ritmo trepidante que no siempre le sigue el ritmo. Ya sea con la recolección o los fallos en el apuntado, la dinámica no es todo lo fluida que podría ser.
Aun con todo, aporta detalles muy originales y logra cumplir con el objetivo principal de cualquier videojuego: ser entretenido. Ofrece un buen desafío y muchas horas de contenido que prometen ser todavía más cuando salga la versión final. Siendo un acceso anticipado, tiene muchísimo potencial, ya que la mayoría de errores que he creído detectar tienen solución. El apartado gráfico, por su parte, es una verdadera maravilla. Si bien es cierto que la perspectiva nos confunde en algunas ocasiones, termina siendo un detalle menor una vez nos acostumbramos del todo.
Primeras impresiones de Black Skylands (acceso anticipad). Clave de juego para PC cedida por Evolve a través de terminals.io.