En los albores de 2014, durante la temporada de otoño, Gekkan Shōjo Nozaki-kun conquistó a propios y extraños con su serie de animación. Licenciada por Crunchyroll —lamentablemente no en España, solo en América Latina— se convirtió, más pronto que tarde, en toda una revelación. El publicó quedó encantado con la peculiar obra de Izumi Tsubaki a través de una comedia romántica rompedora. Categorizada como un shōjo, recogió críticas positivas y elogios por doquier gracias a su desenfadado sentido del humor y sus carismáticos personajes.
En España hemos padecido las desgracias de una larga espera, pero por fin está aquí. Efectivamente, ya podemos disfrutar del primer tomo de Gekkan Shōjo Nozaki-kun. Ha sido gracias a ECC Ediciones, editorial que se ha ocupado de su licencia y distribución en la península. Así pues, y con el título de Nozaki y su revista mensual para chicas, hoy hemos venido a contaros que nos ha parecido uno de los mangas que —personalmente— más esperaba saborear. Os lo adelanto: me ha encantado. No obstante, antes de nada quiero hablaros de su edición.
Y aquí viene un discurso que nunca me cansaré de repetir: es excelente. Se ha convertido en costumbre que las muy diversas empresas editoriales españolas nos regalen ediciones de gran calidad. Seamos sinceros: es lo correcto. El progreso de la industria así lo exige y amerita. Empero, al César lo que es del César, y en este caso le corresponde una sincera alabanza por el buen acabo del presente manga. Publicado en formato rústico, en blanco y negro, con sobre cubierta a color y un total de 146 páginas, Nozaki y su revista mensual para chicas merece totalmente la pena. Sus 8,95 € pueden parecer excesivos, pero ya os digo que no.
Sinopsis
Aquel estudiante de bachillerato un poco brusco era dibujante de manga shôjo romántico. Umetarō Nozaki es un estudiante un poco brusco. Chiyo Sakura, que también estudia bachillerato, está enamorada de él y un día hace acopio de valor y se le declara. Sin embargo, por algún extraño motivo, en vez de convertirse en su chica, pasa a ser su asistente de manga shôjo. ¡Una comedia que narra el día a día de Nozaki, que, aunque es estudiante, también es un mangaka popular!
Nozaki y su revista mensual para chicas
El devenir de los tiempos ha querido que, poco a poco, aparezcan obras como Nozaki y su revista mensual para chicas. Las fronteras de la demografía, poco a poco, se están derrumbado, y es gracias a autoras como Izuki Tsubaki. A fin de cuentas, Nozaki se construye como una comedia romántica que recoge, regurgita y vomita los preceptos demográficos del Sol Naciente. Le importa un rábano que el país nipón tenga por concepto que el shōjo es una demografía por y para mujeres jóvenes. Las cosas están cambiando.
No se me mal entienda: hay grandes series que se han erigido en base a esos mismos tópicos. No es una crítica a los trabajos del resto de mangakas. Una cosa no implica la otra. Sea como fuere, Izuki se merece un sincero elogio por su buen trabajo. La autora, de esta forma, toma algunos de los elementos más clichés del shōjo y los destroza a golpe de parodia. ¿Cómo lo hace? A través de sus personajes, pero eso os lo contaré un poquito más adelante. Por el momento os diré que Nozaki y su revista mensual para chicas es un manga con un guion sencillo, una historia ligera y una narrativa muy humilde.
No por nada es una suerte de manga 4-Koma (de cuatro paneles) con microhistorias interconectadas las unas con las otras a través de trasfondo y personajes. Es decir, que cada página es un episodio e independiente, pero se construye como un fragmento de una historia todavía más larga en la que, muchas veces, la secuencia de eventos y acontecimientos en directa. Nozaki y su revista mensual para chicas no es, por tanto, un trabajo demasiado profundo. Es todo lo contrario. Va directo al estomago —las risas están aseguradas— sin medias tintas.
Deconstruyendo el género
Lo hace a través un arte muy lejano al estereotipo shōjo. Lejos de escenas sobrecargadas y personajes de trazo fino, se acerca mucho al prototipo shōnen. Porque (parece) que a la autora le da igual: dibuja como quiere. Spoiler: lo hace genial. Nozaki y su revista mensual para chicas disfruta de un arte adecuado y muy visual. Es satisfactorio, aunque tampoco es una locura. No esperéis paneles dobles con escenas con gran impacto, escenarios repletos de detalles o cosas del estilo. Es comedia y, como tal, abdica la grandilocuencia de otros artistas y opta por un encuadro mucho más simplón. No es espectacular, pero encaja muy bien.
La premisa es sencilla: Chiyo Sakura es una joven enamorada. Todavía en el instituto, se arma de valor para confesarle sus sentimientos Umetarō Nozaki. Es más bien bajita, simpática, algo inocente y muy, muy expresiva. Nozaki, por su parte, es un muchacho bastante alto. Su expresión es seria. Parece un tipo profundo e interesante, pero en realidad es más simple que un rábano. Esto Sakura no lo sabe. Tampoco sabe que es un artista manga especializado en el manga shōjo descrito —por crítica y público— como el «portador del corazón femenino». Primer puñetazo de realidad: no todos los autores de shōjo tienen que ser mujeres.
Es más, Umetarō no tiene ni idea del amor y funciona a través de la prueba y error. Sea como fuere, la confesión de Sakura falla, pues se lía hablando y termina revelando que es su fan. Ella no sabe qué en realidad es mangaka, así que Nozaki la malentiende, le da un autógrafo y la termina fichando como su ayudante. He ahí la base del manga, el trasfondo principal y el motor de los eventos. La joven descubre la verdadera identidad del chico, aunque tampoco es que sea un secreto: Nozaki lo ha dicho varias veces, pero nadie le cree. Así es como, de buenas a primeras, Izumi Tsubaki deconstruye el tópico; no se lo piensa dos veces.
Y entonces llega el resto
Todo va más allá cuando conocemos al resto de personajes. Por un lado tenemos a Mikoto Mikoshiba, alias Mikorin. Mikoshiba es un joven muy atractivo; parece un príncipe en el instituto. Su actitud es distante y muy coqueta, pues siempre está intentando (o eso parecir) seducir a las chicas. Esa es la primera impresión, pero enseguida descubrimos que es un tipo muy vergonzoso que solo actúa. Cada vez que dice algo se pone colorado y nunca ha estado con nadie. Además, Nozaki ha basado la personalidad de la protagonista femenina de su manga en él.
Pronto entra en acción Yuzuki Seo, otra parodia andante. Es una de las mejores amigas de Sakura y encarna algunos de los rasgos más frecuentes en los personajes secundarios masculinos: es muy buena en lo deportes y muy impetuosa. Tiende a ofender a los demás sin darse cuenta, no sabe leer el ambiente y no pilla el contexto de las cosas. Su comportamiento es «poco femenino». Ah, y canta como los ángeles. También podemos hablar de Kashima, una joven con un talento sobrenatural para la actuación… y el príncipe de la seducción.
Nozaki y su revista mensual para chicas no solo dispone de un elenco muy interesante, sino que destroza tópicos con cada episodio a través de personajes con un gran carisma y una identidad única, original y creíble. La relación entre los diferentes protagonistas de la historia es coherente y alocada, repleta de situaciones disparatadas, pero muy orgánica. Aunque es un manga inverosímil, es creíble. Véase el ejemplo de Nozaki buscando referencias para una escena en bici: la ley prohíbe que una segunda persona se siente en una bicicleta, así que termina haciendo pruebas y experimentos con una bici de tándem con la ayuda de Sakura. Ya os aviso: te —perdón por la expresión— descojonas.
Conclusiones
Nozaki y su revista mensual para chicas es un manga que empieza tremendamente bien. Triunfa como historia de comedia y genera el suficiente interés en el (no) romance de Nozaki y Sakura cómo para que queramos ver más. De hecho, es inevitable que apoyemos a Chiyo; de verdad lo da todo de sí para confesarle al muchacho sus sentimientos. Los malentendidos tal vez estén algo forzados, pero encajan muy bien dentro de la dinámica del manga. No quiero extenderme mucho más, así que seré breve: me ha encantado y quiero más.