En el entorno del 31 Fancine, hemos podido disfrutar de un estreno anime —como mínimo— curioso. Se trata de The Deer King (Shika no Ō), una producción cinematográfica del estudio Production I.G que sufrió en sus carnes los retrasos del COVID-19, pero que finalmente ha llegado. En primer lugar, os dejamos con la sinopsis oficial y después os contamos nuestras impresiones de The Deer King en esta reseña (¡sin spoilers!).
Actualización: ahora, gracias a Selecta Visión, podremos disfrutar del filme en cines españoles el próximo 9 de junio. Sin lugar a dudas, es una gran experiencia. Si os gusta el anime, os recomendamos que le echéis un vistazo. Dicho esto, ¡vamos con la review!
Sinopsis
Tras defender sus tierras contra un poderoso imperio, el soldado Van es tomado como esclavo y enviado a las minas de sal. Una noche, una manada de extraños perros ataca la mina y comienza a propagarse una misteriosa enfermedad. Van encuentra a una niña llamada Yuna, y como únicos supervivientes de la peste, inician juntos un viaje como padre e hija sin lazos de sangre.
Un gran equipo creativo
The Deer King ha sido uno de los títulos que más esperábamos de los últimos meses. No es para menos: desde su anuncio pintaba ser una película interesante tanto por su historia, sus personajes y, en concreto, por su staff. Para empezar, el filme supone el debut como director de Masashi Andō, un trabajador incansable en el mundo del anime. Andō ha colaborado en proyectos como Tekkon Kinkreet, Paprika, Your Name o en películas de Studio Ghibli (El viaje de Chihiro, Porco Rosso, El cuento de la princesa Kaguya). Entre sus trabajos también encontramos La princesa Mononoke, que en este caso recibe una mención especial, ya que comparte muchas similitudes con la cinta que hemos visto recientemente.
Además de dirigir, Andō también ha diseñado a los personajes y ha supervisado la animación de las escenas. Por ello, podemos decir que se trata de un proyecto donde ha trabajado a varios niveles y que, ojalá, le sirva para prosperar en futuras incursiones fílmicas. En cuanto al guion, aunque se parte de una serie de novelas escritas por Nahoko Uehashi, encontramos a Taku Kishimoto (Haikyū!!, Desaparecido, Fruits Basket), todo un experto en adaptaciones anime. Por último, cabe destacar la notable labor de Harumi Fūki en la banda sonora. Fūki consigue dotar al conjunto de la epicidad y la sensibilidad que cada escena requiere, con temas musicales memorables.
Historia: un vasto universo de fantasía
Desde que empieza hasta que acaba, The Deer King se esfuerza en que el espectador quede inmerso en el —relativamente— complejo entorno que crea. Habla de estrategias políticas, del sentir de un pueblo, de guerras pasadas, de tradiciones ancestrales… Todo unido a una plantilla de personajes amplia, con motivaciones y orígenes variados. ¿Entonces The Deer King consigue salir ilesa de tal gesta? Pues sí y no.
Después de verla, es imposible decir que su narración sea caótica o inteligible, pero también es inevitable pensar que todo lo que cuenta podría haberse contado en mayor profundidad a través de una serie de televisión. Esto tiene mucho sentido cuando conocemos que, en efecto, el material de partida es una saga de varios libros, escritos por la reputada autora Nahoko Uehashi (Moribito). Sus 113 minutos de duración no tienen relleno alguno, tanto las escenas cotidianas como las más épicas y oníricas cumplen una función dentro del conjunto. Así, The Deer King se presenta como una película magnética y muy disfrutable.
Una hermosa relación paternofilial
Aunque, como ya hemos mencionado, The Deer King presenta a una decena de personajes, con sus respectivas relaciones, la palma se la llevan Van y Yuna. Van es el protagonista de la historia: un soldado que luchó contra el imperio y que es tomado como esclavo en una mina de sal. Por su lado, Yuna es una niña pequeña que, por azares del destino, acaba en el camino y Van, quien decide hacerse cargo de ella. Ambos crean un vínculo afectivo que, pese a no inventar nada, funciona a la perfección.
En cuanto al resto de los personajes, no encontramos nada muy impactante o novedoso, pero sí que hay una fortaleza destacable. Cada uno tiene una personalidad marcada y además podemos diferenciarlas desde el primer momento. Esto quizás pueda parecer cliché, pero es una labor muy complicada presentar a muchos personajes, ser capaces de identificarlos correctamente e intuir detalles sobre su personalidad —mucho más en una película de esta duración—. Algunos de ellos cambian sus motivaciones durante el metraje, y esa progresión casi nunca se siente forzada, de tal forma que dota a los secundarios de una veracidad muy agradecida de cara al espectador.
Production I.G, una animación más que decente
No sorprenderá a nadie que, siendo una obra de Production I.G, The Deer King cuente con un apartado visual bastante digno. Los fondos, por ejemplo, son una pasada: llenos de detalles y consiguiendo un resultado inmersivo. En el caso de los personajes, poseen un acabado más simple, seguramente para que el estudio pudiese trabajar mejor a la hora de animar sus movimientos —como ya ha ocurrido en numerosas obras animadas de esta índole—.
Además, el proyecto no solo cuenta con numerosos fondos, sino que, en función del tono (cotidiano, dramático, épico, onírico), el uso del color y las animaciones cambian. Estas variaciones conforman un rico abanico de escenas que convierten a The Deer King en una experiencia tremenda disfrutable. Eso sí, si comparamos con La princesa Mononoke —en la que uno de sus directores trabajó y con la que guarda ciertas similitudes— a nivel visual y también argumental, se queda un poco por detrás.
En conclusión…
The Deer King es una cinta que, teniendo en cuenta su material de partida, sale airosa. Su amplio universo queda bien concretado y narrado en una historia de aventuras con mucho mimo y una relación paternofilial preciosa con la que es difícil no caer rendido. Aunque da rabia que no se haya conseguido sacar partido totalmente de su propuesta, The Deer King es una opción de fantasía más que decente y que confirman a Masashi Andō como un director al que seguir en el futuro.
