Aunque podríamos decir que una de las mayores desventajas de La batalla definitiva es que es un manga relativamente plano en donde no hay lugar para las sorpresas, sigue siendo uno de los tebeos de peleas que más enganchado me tienen. Esto es algo que quiero dejar claro durante mi reseña del volumen n.º 4 de Tenkaichi. Sí, es cierto que su argumento es sencillo y que su desarrollo no introduce demasiadas alternativas. Todo eso es verdad, pero no es importante. Como bien suelo decir de tanto en tanto, no todas las historias tienen que ser una bala de originalidad en nuestra cabeza.
Hay ocasiones en las que buscamos algo directo que busque la grandilocuencia de otra manera. En este caso, Yosuke Nakamaru y Kyotaro Azuma han elegido el camino de la violencia. ¡Y qué bien que sea de esta manera! No importa que decidir el destino en un país mediante un torneo mortal en donde los guerreros más diestros del país (y alguno del extranjero) se dejan llevar por su sed de sangre se mida como algo simple, porque funciona. Y a un gran nivel, si me permitís la precisión.
Buena parte de este mérito —tal y como ya he señalado en otras ocasiones— recae en el dibujo. Es el principal baluarte de este barco al que llamamos Tenkaichi, pues la brutalidad de todas y cada una de sus escenas, la intensidad de los combates, el diseño de los personajes… Kyotaro-sensei ha demostrado ser un ilustrador con una habilidad increíble y un techo todavía mayor. Por supuesto, no está solo, y es que, aunque el guion de Yosuke-sensei no es nada del otro mundo, domina muy bien su narrativa y diseño de personajes.
Reseña de Tenkaichi: la batalla definitiva n.º 4 | Portada, sinopsis y edición
¡Arranca a toda velocidad el combate entre Fûma Kotarô, la emperatriz Fûma, y Toda Seigen, el as de la espada corta kodachi! Ella posee un gran sentido del combate cuerpo a cuerpo y es la más fuerte del mundo; él puede percibirlo todo sobre su rival con los ojos de la noche blanca. ¿Qué nos deparará esta feroz batalla que supera el entendimiento humano?
Colección | Tenkaichi vol. 4 de 9 (serie abierta) |
Autoría | Yosuke Nakamaru y Kyotaro Azuma |
Género | Acción, artes marciales, aventura |
Formato | Tapa blanda con sobrecubierta |
Tamaño y páginas | 13,1 x 18 cm con 176 páginas en b/n |
Precio | 9,95 € |
Traducción | Manel Vázquez López (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 07/11/2024 |
Reseñas | Volúmenes anteriores |
Para variar, Distrito Manga ha presentado un producto de nivel con una buena maquetación, traducción e impresión. En general, la editorial ya nos tiene muy bien acostumbrados en ese sentido, por lo que este tercer volumen no iba a ser distinto. Y aun a riesgo de sonar repetitivo, puedo decir que es un producto de calidad que cumple con nuestros estándares en la mayoría de ámbitos, por no decir todos.
El arte y el honor de un guerrero
Por supuesto, que el argumento sea plano tiene ventajas y desventajas. Por un lado, valoro muy positivamente lo fácil que es reconectar con el manga aunque hayan pasado varios meses desde (julio de 2024) que se publicó el volumen anterior. Del mismo modo, es muy sencillo mantenerse conectado con los eventos que se van sucediendo, pues todo se resume a un set de combates bien cargados de sangre y brutalidad. Lo bueno es que es perfectamente consciente de dónde están sus límites, por lo que no intenta hacer cosas raras que terminan no funcionando.
Por eso funciona. Tenkaichi es un buen manga debido a que comprende perfectamente que lo que sus lectores buscamos son peleas espectaculares y personajes con un diseño (ilustración y personalidad) bien cargado de carisma. Hasta la fecha, todas las batallas que han tenido lugar y los protagonistas que han intervenido en ellas han cumplido con nuestras expectativas. En mi caso, Fuma está siendo mi favorita, puesto que su presencia es simplemente abrumadora en todos los sentidos.
Sea como fuere, su pelea ha terminado, por lo que es tiempo de cambiar. Es algo que también valoro. En cuatro tomos hemos visto el final de dos combates y hemos asistido a los primeros compases del tercero. O lo que es lo mismo, narrativamente es un manga que va al grano y que le imprime mucho ritmo a su historia. Sin llegar a ser abrumador, no te deja descansar; siempre tiene algo que ofrecerte, cosa que me gusta. Y si bien es cierto que todo se resume (lo cual se puede entender como algo negativo) a combate, intersección con explicaciones, combate, y así una y otra vez, funciona.
Adictos a la violencia
Funciona porque es un manga muy sincero para con sus lectores desde el primer momento. No se esconde y te lo dice a la cara: «¿Quieres violencia? Aquí la tienes. ¿Buscas combates sobrehumanos? Para ti, no hay problema«. Desde el primer momento, Tenkaichi se define como un tebeo repleto de combates con personajes ficticios e históricos que han llevado sus habilidades a un nivel imposible en el mundo real. Tampoco es que sea algo malo, puesto que ahí radica gran parte de la gracia.
Es un manga al que le gusta fliparse (en el buen sentido) y darle a cada ataque, movimiento y escena algo de impacto. Si a eso le sumamos la enorme calidad de su ilustrador y la virtuosidad de sus coreografías de combate, lo que te queda es un cómic que impresiona de manera casi constante. Ahora bien, todo esto solo tiene sentido si gustas de este tipo de historias. No puedes esperar que Tenkaichi evolucione demasiado a nivel argumental ni que profundice demasiado en su historia.
O lo que es lo mismo, si vienes buscando un desarrollo complejo, será mejor que des media vuelta, porque no hay nada eso. Su simpleza —tanto para lo bueno como para lo malo— recae en la violencia desmedida, la brutalidad y los combates. Estos últimos componen el 90% del manga, y es que son el núcleo de la historia. Bueno, eso y las extrañas personalidades de todos sus combatientes, pero ese es un tema del que prefiero no hablar para que sí tengáis alguna que otra sorpresa. Solo os diré una cosa: tener carisma se queda corto.
- Es muy sincero con lo que ofrece.
- El dibujo es realmente bueno.
- El ritmo es directo y frenético.
- Aunque simple, es bastante entretenido.
- El trasfondo y los personajes tienen cada vez mejor pinta.
- No innova demasiado.