No es habitual que las comedias románticas estudiantiles dejen que pase algo tan simple como el tiempo, puesto que es más sencillo construir una historia alrededor de un calendario indeterminado en donde el día a día no tiene influencia real en la trama. No obstante, cuando agregas a la ecuación el concepto de slice of life, la cosa cambia. Es más, podríamos decir que este es el tema principal no solo de esta reseña, sino de del propio manga Shikimori es más que una cara bonita n.º 13.
Si nos habéis estado siguiendo estos meses, sabréis que hemos seguido muy de cerca las aventuras de Yu Izumi y Micchon Shikimori, la pareja protagonista de este manga. Mediante estos hemos podido disfrutar de una tierna e inocente (a veces demasiado) comedia romántica al tiempo en que nos adentrábamos en los pormenores de la amistad y el desamor, entre otros temas. Aunque de manera sutil, Keigo Maki ha querido explorar su día a día más allá de las peculiaridades de un chico con muy mala suerte y una muchacha que «cuando está con Izumi, a veces saca la fiera que lleva dentro».
Curiosamente, ambas premisas se han reducido. Al principio, Yu tenía muchos problemas por culpa de su mala suerte, mientras que Shikimori estaba todo el día en alerta con «la fiera activa». No obstante, a medida que su relación ha crecido y ellos han ido madurando, esa parte de su diseño ha menguado. Ya no hace «tanta falta como gancho narrativo» y, si bien es cierto que sigue estando presente, no es tan nuclear. Y sí, me lo tomo como una manera de expresar que su relación ha madurado.
Reseña del manga Shikimori es más que una cara bonita n.º 13 | Portada, sinopsis y edición
Aunque les haya tocado en clases distintas, los amigos de siempre seguirán haciendo piña. Por su parte, Izumi sigue dándole vueltas a qué quiere dedicarse en la vida y Shikimori se presenta a encargada del comité disciplinario. Además, ¡llega una nueva alumna de primer año y parece que va a poner al instituto patas arriba!
Colección | Shikimori es más que una cara bonita vol. 13 de 20 |
Autoría | Keigo Maki |
Género | Comedia, romance, slice of life, vida escolar |
Formato | Tapa blanda con sobrecubierta |
Precio | 9,995 € |
Tamaño y páginas | 13,1 cm x 18,1 con 144 páginas en b/n por volumen |
Traducción | Eduardo Ozores Díez (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 03/10/2024 |
Reseñas | Reseña de volúmenes anteriores |
Una vez más, Distrito Manga ha hecho un gran trabajo en lo que respecta a la edición. Tanto la traducción como la maquetación son de buen nivel. Asimismo, los materiales empleados durante la impresión responden a nuestras expectativas como consumidores. Algo especialmente notable, por cierto, ha sido producido con materiales sostenibles. Hay algún corte lateral, pero más allá de eso, está bastante bien.
Aquí sí pasa el tiempo y es importante
Habiendo hablado ya de la edición una vez más, me gustaría regresar al tema de cómo pasa el tiempo. Muchos habréis disfrutado de distintos mangas en las que solo se habla del paso de las semanas, los meses o los años cuando hay un time-skip. Aquí no. Keigo Maki ha juntado todas las vivencias de nuestros personajes —anteriormente en un eje temporal sin definir, pero con cambios visuales a través del clima— y nos ha explicado cuánto tiempo ha pasado con algo tan sencillo como pasar de curso.
Al comienzo de la obra, Shikimori e Izumi estaban en segundo. Día a día, se veían en clase, pero las cosas han empezado a cambiar. Para empezar, el grupo se «va a separar», pero no en el sentido estricto de la palabra. Simple y llanamente, Izumi Shikimori e Inuzuka irán a un curso (hay varias clases, por lo que ir juntos depende del azar), mientras que Nekozaki y Hachimitsu irán a otro. ¿Por qué? Pues porque han elegido diferentes especialidades.
Este simple detalle le da un toque muy especial al manga, pues aborda un ‘problema’ contra el que todos los alumnos japoneses se enfrentan en algún momento de sus vidas. Inclusive, en España, aunque esto depende del tipo de colegio e instituto, también puede pasar. Los que lo han vivido, sabrán que este evento puede ser hasta ‘traumático’, pues no verte todos los días en clase con tu mejor amigo puede ser duro.
Este sentimiento está muy presente durante prácticamente todo el volumen, y habla de los sentimientos que sus personajes tienen que aprender a manejar. Sin llegar en ningún momento al drama, pues todo se ve desde un prisma muy tranquilo, nos deja con algunas escenas bastante emotivas y varias reflexiones muy curiosas.
El futuro empieza a tomar forma
En ningún momento deja atrás la premisa principal de cualquier slice of life, puesto que no se convierte en una remesa de lágrimas. No obstante, sí que te permite ver algo no tan habitual al tiempo en que disfrutas de otro tipo de mini-arco narrativo. Las despedidas nunca son plato de buen gusto para nadie, aunque sea en el mismo instituto. Y es que, si bien es cierto que puede parecer una tontería, tiene más importancia de la que puede parecer. Especialmente para la gente más introvertida.
Este cambio trae consigo que dos personajes recurrentes acaben sumando algo más de presencia. Y no, el grupo no se rompe. Eso ya os lo puedo adelantar, porque es algo que se puede intuir sabiendo el género al que pertenece. A este tipo de historias no le sientan nada bien los dramas prolongados en el tiempo, puesto que su idea es otra. Aquí lo que predomina es la tranquilidad del día a día y la manera en la que determinados personajes sobrellevan su rutina.
Cambiar de clase no es algo que ocurra constantemente, pero forma parte de la vida cotidiana de cualquier estudiante, y es por esto mismo que encaja bien. Y mientras todo esto pasa, podemos seguir explorando el romance de nuestros protagonistas, pero desde otra perspectiva. Se nota que su relación sigue avanzando paso a paso, agregando nuevos detalles a la misma. El futuro ya empieza a tomar forma y la mera ejecución de este tomo nos lleva a preguntarnos cuál será el final.
Reseña del manga Shikimori es más que una cara bonita n.º 13: conclusiones
¿Se comprometerán antes de que termine? ¿Acabará con ellos yéndose a vivir juntos? ¿Continuará su vida de forma parecida en la universidad? Todas estas cuestiones empiezan a tomar forma a medida que nos acercamos al final. Y es que aunque no lo parezca, este está más cerca de lo que parece, pues ya vamos por el volumen 13/20. Aún nos queda algo más de un año de Shikimori es más que una cara bonita, pero ahora es inevitable empezar a pensar en estas cosas.
El proceso se disfruta, todo sea dicho, y es que estamos ante una de esas lecturas que siempre te deja con un buen sabor de boca. Sin ser algo revolucionario ni proponer nada especialmente sorprendente, tiene ese ‘algo’ que te deja siempre con ganas de seguir leyendo. Es agradable y entretenido, tiene una construcción atractiva y narrativamente está bien diseñado. Es un buen manga, especialmente para quienes gustan del romance, la comedia y los slice of life.
- Divertido y fácil de leer. La narrativa está progresando.
- Entretenido y simpático. Su concepto del amor es tierno y llamativo.
- Ignora los llamados «roles de género».
- Buena construcción de personajes principales.
- Los secundarios empiezan a dar más de sí mismos.
- Dibujo limpio, diseño adecuado y ritmo dinámico.
- Los fondos no están demasiado trabajados.
- A veces le cuesta pisar el acelerador.