Nunca pensé diría algo así: en la reseña de Ping Kong os cuento la historia de Kotomi y su hermana gorila en busca de la corona del ping-pong
A veces me pregunto de dónde se saca Fandogamia estas ideas, porque la de licenciar un manga sobre un gorila jugando al ping-pong —y mira que no me pilla de sorpresa, porque ya venía preparado desde que se anunció— es algo que me sigue generando fascinación. Así es, la gran F ya ha publicado el tomo n.º 1 de Ping Kong y hoy me gustaría hablaros de él a través de esta reseña.
No obstante, lo primero de lo que quiero hablaros no es ni del dibujo ni de la trama. Es de la localización, y es que pocas veces he visto una adaptación al español que esté más llena de traducciones en las que el equipo ha hecho lo que le da la gana (y me alegro) con tanto buen tino.

Desde referencias hasta la nariz de Voldemort, pasando por cameos de algunas de las frases más famosas de la historia —meme— de la televisión, lo que han hecho es una auténtica locura. Una bendita locura, si me permitís la apreciación, puesto que encaja a las mil maravillas.
Así es. Ping Kong no es solo una obra de humor absurdo, sino que también es un ejercicio de saber editorial y de originalidad. Sin más, mis dieses tanto a Sagoru como a Inma S. Andreu, pues la han clavado. Han conseguido que el manga sea incluso mejor, y eso no es fácil.
No me olvido de Pedro F. Medina y Rubén Solas, quienes también han realizado un gran trabajo de edición, revisión y realización técnica. Sin embargo, en esta ocasión el MVP del partido se lo lleva el equipo de localización. Qué disparate. No podía parar de reírme.
Reseña de Ping Kong n.º 1 | Portada, sinopsis y edición

Kotomi y Takumi son dos gemelas que empiezan a jugar a ping-pong a la vez. Una, dotada de un talento natural; la otra, se cae hasta estando quieta. La pobre ha tenido que ponerle remedio para no quedarse atrás… Y se ha convertido en un gorila gigantesco. ¡Nace el milagroso vínculo entre un gorila y una chica!
| Colección | Ping Kong vol. 1 de 2 |
| Autoría | Comic Jackson |
| Género | Comedia |
| Formato | Formato tankoubon con sobrecubierta, cosido. |
| Tamaño y páginas | 11,2 x 17,6 cm con 168 páginas en b/n |
| Precio | 9 € |
| Traducción | Sagoru (traducción) e Inma S. Andreu (revisión) |
| Fecha de lanzamiento | 28 de agosto del 25 |
Dicho esto, ¿qué podemos esperar de Ping Kong? De buenas a primeras, Comic Jackson (sí, el pseudónimo del autor también se las trae) es un manga deportivo de humor absurdo en el que revivimos el día a día de dos hermanas gemelas: Kotomi y Takumi.
Las dos empezaron a jugar al ping-pong al mismo tiempo, pero el talento de Kotomi era muy superior al de su hermana. Esto trajo problemas entre ambas. Por un lado, Kotomi frenó su progresión al ver que su hermana sufría por su diferencia de habilidades.
La historia de una chica que se transformó en gorila por el bien del ping-pong

Por el otro, Takumi sufrió muchísimo, a veces en silencio, hasta tomar una decisión tan trágica como inverosímil: se convirtió en una gorila. No me preguntéis cómo, pues ni yo mismo lo entiendo, pero la joven y no tan habilidosa jugadora decidió dejar a un lado su humanidad para convertirse en un animal repleto de fuerza.
Sacrificó su cuerpo, que no su personalidad, para… Pues la verdad es que no tengo ni idea de para qué, pero ahí está la gracia. El caso es que después de este día, la vida de las hermanas y el mundo del ping-pong dieron un vuelco.
Lejos de rechazar su transformación, la federación japonesa aceptó que Takumi siguiera jugando junto a su hermana, dando lugar a una historia repleta de chistes absurdos, momentos que pretenden ser épicos, pero se pierden —intencionalmente— a sí mismos debido a que los protagoniza un gorila, conversaciones sin sentido…

Ping Kong es un manga que rompe cualquier tipo de expectativa y se presenta al mundo como un ejercicio total y absoluto de comedia disparatada. Lleva lo irreverente al máximo nivel con un resultado tan sorprendentemente bueno que hasta asombra.
Porque sí, el tebeo de Comic Jackson es muy divertido, aunque tengo la sensación de que aquí, en España, lo consigue gracias —en gran medida— al equipo de localización. Al agregar chascarrillos propios de nuestra lengua y nuestra cultura, es más fácil conectar con su peculiar concepto de comedia.
Un gorila, una pala y un objetivo: ser las mejores de Japón
Y eso es lo más importante. Al final, Ping Kong se resume mucho en si te gusta el humor absurdo o no. Si te gustan los chistes muy japoneses, que tienden a ser extremadamente histriónicos, este manga es para ti. En caso contrario, tal vez no sea lo que estás buscando.

Pese a ello, te recomendaría que —como mínimo— le echases un ojo antes de tomar una decisión, pues es tremendamente divertido. Bien acompañado de un dibujo que hasta parece rendir tributo a Shingeki no Kyojin en ciertos planos, no se esconde y engrandece todavía más lo absurdo.
Además, juega con esa cuestión: cuando el resto de personas se encuentran con Takumi, se sorprenden, pero luego lo normalizan de formas tan inverosímiles que hasta resulta… No voy a decir creíble, porque no lo es, pero lo aceptas.
Como es divertido, lo acabas aceptando, lo que te acaba dejando con una obra muy bien encuadrada tanto en lo artístico como en lo narrativo. Provisto de un ritmo directo y locuaz, es de lectura sencilla, por lo que resulta fácil seguir la historia aunque esté repleta de gags, cada cual más exagerado que el anterior.

Y por eso funciona. Ping Kong funciona porque no echa el freno en ningún momento y va cada vez a más, potenciando las situaciones disparatadas como si le fuera en ello. Lo bueno es que la propia portada ya es muy sincera con lo que ofrece.
Conclusiones
Si esperabas un manga que oculte una historia mucho más profunda de lo que cabría esperar (¡ojo!, que tiene su trasfondo dramático y un cierto toque de introspección psicológica), será mejor que te des media vuelta, pues no es ese tipo de manga.
Puede tener su aquel con ciertas situaciones, pero la gracia está en que la historia de Kotomi y Takumi está repleta de absurdeces. A fin de cuentas, hablamos de una hermana gorila y una hermana humana que buscan dominar la escena japonesa del ping-pong con toda la naturalidad del mundo.


Dentro de esa naturalidad hay tiros imposibles, pelotas que se clavan en la pared por culpa de su potencia extrema, escenas sacadas del shōnen más estereotipado del mundo en el que el sentimiento de hermandad nace después de que una de ellas acabe llena de sangre de pies a cabeza por recibir muchas heridas durante un partido…
Para lo bueno y para lo malo, Ping Kong se ríe de todo y de todos. Por reírse, se ríe hasta de sí mismo, aunque tiene bastante buen gusto para hacerlo. Si tuviese que ponerle una pega, es que a veces lo lleva tan lejos que los diálogos pierden el sentido.
Y mola que lo haga, la verdad, pero también se diluye demasiado en ciertos momentos y te quedas con cara de What?! sin saber muy bien qué pensar. Al final, te encoges de hombros y sigues leyendo, pues forma parte de su esencia.
En resumen, Ping Kong es muy divertido. Si te ha generado curiosidad, te recomiendo que, como mínimo, le eches un vistazo y te lo pienses; merece la pena.


- Es un disparate. Su humor absurdo no tiene límites.
- La localización es muy buena. Le da mucha personalidad.
- Narrativamente, goza de gran ritmo. Es fácil de leer. La lectura es muy ligera.
- No se corta un pelo y los chistes malos están a la orden del día.
- Es, ante todo, una lectura muy divertida.

- Algunos diálogos se diluyen demasiado debido a la búsqueda constante de humor absurdo.
- Va tan a saco que a veces te quedas con ganas de tener algo más de contexto.