Siendo esta la reseña n.º 11 que os presentó del manga de InuYasha, lo cierto es que es complicado seguir explorando sus singularidades sin caer en la breva del spoiler. A fin de cuentas, los eventos que se van sucediendo poco a poco son cada vez más significativos, por lo que desvelar su contenido puede ser más bien contraproducente. No obstante, sí que os puedo decir que es en estos momentos cuando entendemos mejor que nunca por qué la obra de Rumiko Takahashi es considerada una leyenda del manga.
Si bien es cierto que hablamos de un manga con sus más y sus menos, asienta varias bases que funcionan muy bien incluso años después. O lo que es lo mismo, aunque el dibujo pueda sentirse algo más anticuado (personalmente, no pienso que sea así, puesto que pienso que tiene un encanto único) o la narrativa sea más bien sencilla, está lo suficientemente bien ejecutado como para que siga siendo interesante en casi cualquier momento.
Así pues, estamos ante una de esas obras en las que no importa el tiempo que pase, puesto que siempre se sienten mínimamente vigentes. Por supuesto, tiene un valor especial para todos aquellos que disfrutaron de la serie de animación allá en su momento, cuando eran poco más que unos niños, por ejemplo. Ahí gana todavía más, pero esto no le resta valor como lectura inédita para los que nunca han disfrutado de esta o cualquier otra obra de Rumiko.
Reseña del manga InuYasha n.º 11 | Portada, sinopsis y edición
La sangre demoníaca heredada de su padre se ha apoderado de Inuyasha, quien corre el riesgo de convertirse para siempre en un demonio sediento de sangre. Sesshomaru de alguna manera logra arreglar la situación y hacer que su odiado medio-hermano vuelva a la normalidad, pero Inuyasha se queda con una terrible duda… ¿y si, en las garras de la furia ciega de esos momentos, Kagome fuera asesinada? El medio-demonio decide pedirle consejo a Totosai…
Colección | InuYasha vol. 11 de 30 |
Autoría | Rumiko Takahashi |
Género | Acción, aventura, romance, fantasía, isekai, isekai invertido |
Formato | Rústica sin solapas con s/cub. |
Tamaño y páginas | 21 x 14,8 cm con 336 páginas en b/n |
Precio | 16,95 € |
Maquetación | Planeta Cómic |
Traducción | Marc Bernabé y Verònica Calafell (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 15/05/2024 |
Reseñas | Volúmenes anteriores |
Ahora bien, ¿cómo sigue la edición? Aunque podamos decir que la historia siga progresando adecuadamente, ¿está Planeta Cómic a la altura de las circunstancias? La respuesta es sí, pero con varios peros. En general, está bien, pero hay detalles que nos están fastidiando la experiencia. Algunos tomos vienen con errores de impresión serios tales como, por ejemplo, zonas en las que aparecen «manchas» blancas o palabras con el orden alterado.
Más protagonistas que nunca
Dicho esto, y volviendo a la cuestión del contenido, en este undécimo volumen vemos de manera muy notable el crecimiento de nuestros protagonistas. Destaca el caso del propio Inuyasha, quien no solo ha terminado aceptando su lado más humano, sino que ha aprendido a valorar más la vida de los demás. Asesinar a otro ser vivo dejándose llevar por la rabia de su corazón o su demonio interno es algo que le desagrada hasta el punto de sentirse mal.
Y aunque esto pueda parecer lo más normal del mundo, recordemos que al principio de la obra no solo demostraba que le daba igual, sino que, además, hasta se enorgullecía de ello. Ahora que su coraza está rota y ha dejado que tanto Kagome como los demás entren en su corazón, se ha dado cuenta de que la violencia no siempre es la mejor respuesta. Arrebatar una vida tiene sus consecuencias, por lo que dejarse llevar ya no es tan sencillo para él.
Sin duda, este cambio resulta bastante agradable, y no porque rechazásemos su manera de ser anterior. No. Es porque ha demostrado que es una persona capaz de madurar y aprender de sus errores. Por supuesto, no es el único, pues el resto de personajes principales que aparecen en la serie también han mostrado su progreso de manera evidente. Inuyasha es el caso más destacado, pero Kagome le sigue muy de cerca.
Un manga atemporal
Y esto lo podemos decir tanto de sus compañeros de viaje como de otros personajes importantes. El único que parece algo más paroxista en ese sentido es Naraku, el antagonista, pero porque en realidad es el que menos muestra de sí mismo. A fin de cuentas, él es maldad. Sus actos se rigen por los motivos más oscuros que nos podamos imaginar. Al menos en estos momentos, puesto que el paso del tiempo nos desvelará cada vez más detalles sobre este.
Sea como fuere, no quiero adelantarme demasiado. Por el momento prefiero centrarme en aquello que ya nos está ofreciendo el manga. En ese sentido, puedo destacar la capacidad de Rumiko para dejarnos siempre con ganas de más. En general, InuYasha siempre te deja con ganas de más. Esa es una de sus grandes bazas. Ya sea a través del romance, la fantasía o las escenas de acción, genera curiosidad, y eso no es nada fácil.
Todo sea dicho, en algunos segmentos sí que comienza a ser algo más predecible, puesto que Rumiko tiende a regirse normalmente por las mismas rutinas. Esto es algo que permanecerá por el resto de la obra. Así pues, que será mejor que os hagáis a la idea, aunque tampoco significa que vaya a perder interés. De principio a fin, salvo algún que otro bache, InuYasha es un gran manga, y esto es algo que ha demostrado muchas veces desde hace muchos años.
- Sigue siendo un clásico entre clásicos. Es historia del manga.
- Los personajes son muy únicos y su concepto de isekai es refrescante.
- La edición es de gran calidad y el dibujo, aunque antiguo, tiene mucho encanto.
- La evolución de los personajes principales, secundarios y antagonistas.
- Sigue abusando de ciertas conveniencias de guion.
- Diversos personajes tienen actitudes algo tóxicas.