¿Puedo decir ya que el manga de Joji Morikawa es uno de los mejores spokon de todos los tiempos o sigue siendo demasiado pronto? Vale que todavía voy por la reseña de Hajime no Ippo n.º 2 y que la nostalgia es quien ha tomado la palabra, pero… No recordaba que fuese tan buena incluso desde el principio. Y eso que luego el autor toma algunas decisiones que no me gustan demasiado, pero eso da igual.
Desde el primer minuto, el mangaka no solo fue capaz de demostrarnos que tenía un talento impresionante para el dibujo, sino que además tenía un potencial brutal tanto como artista como guionista. Por suerte, cuando hablo de este manga no hace falta que me lo imagine, pues ya he podido disfrutar de ella en inglés e, inclusive, a través del anime. Es por eso que sé que la cosa irá a más y que, con el paso del tiempo, será uno de los tebeos nipones con más caché de la industria.
O al menos así debería ser, pues fuera del país del Sol Naciente nunca tuvo el reconocimiento que se merecía. Tanto es así que en España hemos tardado años en disfrutar de ella. Por suerte, Planeta Cómic puso fin a nuestra desgracia con una de las mejores licencias en años. Y sí, vuelve a ser la nostalgia quien ha tomado la palabra, pero no puedo evitar que sea así cuando se trata de uno de mis mangas preferidos.
Entre esto, Beck y Zatch Bell, mi niño interior no cabe más en sí de gozo, pues he sido capaz de recrear mi mocedad de la mejor manera posible: con mis mangas preferidos. Este es uno de ellos y quiero contarte por qué.
Reseña de Hajime no Ippo n.º 2 | Portada, sinopsis y edición
¡El día de su primer combate oficial ya está aquí! Su oponente es Ryûsuke Oda, conocido como un cobarde que solo sabe lanzar rectos derechos. Todos alrededor de Ippo están convencidos de su victoria, pero el Ryûsuke que sube al ring es un tipo duro que nada tiene que ver con los rumores. ¡¡Comienza una batalla extrema!! ¿¡Será capaz Ippo de vencer en su primer combate profesional!?
Colección | Hajime no Ippo n.º 2 |
Autoría | George Morikawa |
Género | Acción, comedia, deportivo, drama |
Formato | Rústica sin solapas con s/cub. |
Tamaño y páginas | 14,8 x 21 cm con 376 páginas en b/n |
Precio | 16,95 € |
Maquetación | Planeta Cómic |
Traducción | Héctor Angulo (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 13/09/2023 |
Reseñas | Volúmenes anteriores |
Lo primero de lo que quiero hablaros, una vez hechas las presentaciones, es de la edición. No obstante, en esta ocasión seré algo más breve, pues ya os expliqué que podíamos esperar en aquella primera reseña con la que abrimos la colección. Hoy os diré que la editorial ha mantenido muy bien el nivel y que tanto la traducción como la maquetación y la impresión de calidad. En general, los bordes interiores hacen que sea fácil de leer, la sobrecubierta es preciosa y los materiales han sido bien escogidos. En resumen, la edición responde bien a nuestros estándares como consumidores.
Pasión por el boxeo
Dicho esto, el primer punto que podemos destacar es que su autor destila pasión por el boxeo y eso es algo que podemos ver en todos y cada uno de sus dibujos. Y si bien es cierto que se nota que por aquel entonces era un autor novel, la calidad con la que era capaz de plasmar el movimiento y la tensión de los músculos de cada boxeador en cada golpe ya es muy buena. Así pues, incluso durante su segundo tomo, podemos decir que Hajime no Ippo es un manga que empieza con una buena base sobre la fisionomía y el movimiento.
Esto es algo que podemos alabar desde el primer minuto y que nos deja con un gran regusto. Más todavía cuando sabemos que la cosa irá a más y que aspectos en los que tal vez no destaque tanto mejorarán con el tiempo. Debemos entender, pues, que la serie comenzó a publicarse a finales de los años 80 y que, como tal, tiene esquejes un tanto clásicos. Pese a ello, George Morikawa ya tenía dejes de autor contemporáneo por aquellos tiempos.
Su calidad con el pincel y su habilidad para con el trazo ya demostraban que no era un autor cualesquiera y que su manga buscaba ser algo más. Tanto es así que si saliese hoy día, podríamos decir que tiene un dibujo con mejor técnica, acabado y desarrollo que otros muchos mangakas contemporáneos. Eso es algo que no podemos obviar y que tiene mucho mérito.
La fuerza de un spokon
Por supuesto, el dibujo no era lo único que tenía Joji (George y Joji son los dos nombres con los que se le conoce, pero son la misma persona) por aquel entonces. Ya en este segundo volumen hemos podido ver que, como escritor, tenía buena proyección a largo plazo y que se tomaba las cosas con calma. Así pues, aunque en esta entrega vemos sus primeros combates de verdad, entendemos que solo está empezando; no sabe ni gatear.
¿Y eso cómo es? Pues porque tras casi 35 años en activo, el manga sigue publicándose y aún le queda cuerda para rato. Vamos, que estamos ante una colección que nos va a ocupar unas cuantas lejas en la estantería. Esto es algo que tiene su aquel, tanto para lo bueno como para lo malo, y que nos permite ver una evolución muy singular. Si nos remitimos a este segundo tomo, por ejemplo, veremos que aún no domina del todo los escenarios, que le cuesta manejar ciertas expresiones faciales y que la narrativa a veces es un poco errática en el ritmo.
Esos fallos, sin más, son normales dentro de un manga tan antiguo y que llevaba tan pocos números. Pese a ello, ya demostraba tener un gran potencial, siendo los combates su gran baluarte. Y es que aunque nos encantan los entrenamientos, las conversaciones y la intimidad que desvelan no pocos de sus personajes, lo que de verdad nos enamora son los combates.
Reseña de Hajime no Ippo n.º 2 | conclusiones: Espíritu de lucha
Hajime no Ippo, pues, tiene un don para que un combate de boxeo dibujado sea un arte con vida propia que parece que se va a salir del libreto. Esto no es algo nada fácil. Menos todavía cuando gran parte del trabajo previo se construye en torno al humor, siendo un manga que utiliza muchos recursos cómicos para aligerar la carga de la lectura entre combate y combate. De hecho, a veces se nota que ese humor es muy clásico, pero no en el mal sentido.
En este tomo lo vemos muy bien con la aparición cada vez más constante de personajes que luego serán muy importantes. Ahí destacamos a Takamura, Kimura y Aoki, tres de los recurrentes más importantes de Hajime no Ippo. También empezamos a ver cómo se las gasta el entrenador: es duro por fuera, pero tierno —a su manera— por dentro. Exigente, es fiel a sus principios, pero valora la entrega y la pasión como nadie. Por eso aprecia a Ippo: porque se esfuerza.
Esto lo vemos en todos sus combates. Aunque el nipón demuestra tener un gran talento para el boxeo gracias a su fuerza explosiva, está muy verde. Logra varios K.O. por pura potencia, pero se nota que le falta muchísimo. Y lo que es mejor: no se le sube a la cabeza. Desde el primer momento nos encandila con la cultura del esfuerzo y el trabajo constante, dejando claro que, como spokon, utiliza los clichés con gran habilidad.
Todo esto nos permite entender qué tipo de obra es y quién la va a disfrutar. Siendo parcos, si no te gustan los mangas deportivos, este no va a ser tan diferente. A fin de cuentas, usa los mismos preceptos, pero mediante un deporte individual. Pese a ello, refuerza mucho la idea del compañerismo, del drama detrás de las derrotas y de la persona antes que el deportista. En eso es igual, aunque mucho mejor que la mayoría. Una cosa no quita la otra.
- El dibujo es muy solvente y tanto los planos generales como los escenarios y los personajes funcionan.
- La premisa es atractiva y el boxeo no es un deporte tan explotado en el mundo del manga.
- La narrativa es coherente, los dibujos funcionan y el ritmo es entretenido. Funciona en todos los niveles bastante bien.
- En España acaba de empezar, pero tiene más de 1000 capítulos y va a mejor. Lo sabemos con certeza.
- Aunque el ritmo es bueno, a veces es un poco lento.