Estrenamos un nuevo episodio de Oliver y Benji con nuestra reseña del volumen n.º 19 de Capitán Tsubasa. El encuentro entre Argentina y Japón ha llegado a su final y la selección nipona ha logrado llegar a la semifinal. Allí le espera la todopoderosa Francia, su último rival antes de llegar a la final. Y no le pondrá las cosas fáciles. A estas alturas del manga, todos los equipos son durísimos. Además, todos y cada uno de ellos cuentan con algún tipo de superestrella. La selección gala no es la excepción, pues cuenta con la presencia de Pierre, un centrocampista ofensivo con un despliegue colosal.
Por desgracia, Japón tiene otro rival inesperado: el árbitro. Si bien es cierto que no podemos decir que pite de manera malintencionada ni que haya ninguna historia detrás, desde el minuto uno se nota que sus respuestas benefician —relativa y parcialmente— al equipo francés. De hecho, durante el encuentro expulsa a un futbolista del combinado japonés de manera un tanto cuestionable. Pese a ello, el equipo de Tsubasa logra sobreponerse, llevando el encuentro a uno de los finales más tensos de la serie.
En cierto modo, es el recurso al que recurre Takahashi-sensei en esta decimonovena entrega para intentar crear un clímax algo diferente a lo habitual dentro de su propia serie. Hasta cierto punto, funciona, aunque en mi caso es más complicado que me sorprenda debido a que ya sabía qué es lo que ocurriría. Pese a ello, debo decir que el resultado final es bueno; cierra con habilidad un encuentro bien cargado de emociones y deja el terreno preparado para la gran final.
Reseña de Capitán Tsubasa n.º 19 | Portada, sinopsis y edición
¡¡La incandescente semifinal que enfrenta a las selecciones sub-16 de Japón y Francia llega a la prórroga!! Tras la expulsión de Sôda, Japón se ve obligado a luchar con un hombre menos… ¿¡Conseguirá el milagro de la remontada en tan adversas condiciones!?
Colección | Capitán Tsubasa vol. 19 de 21 |
Autoría | Yoichi Takahashi |
Género | Deporte, drama |
Formato | Rústica con solapas con s/cub |
Tamaño y páginas | 12,8 x 18 cm con 328 páginas en b/n (ambos) |
Precio | 13,95 € |
Traducción | Marc Bernabé y Verónica Carafell (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 13/11/2024 |
Reseñas | Volúmenes anteriores |
El mundo ya sabe quién es Ozora Tsubasa
Dicho esto, el tomo n.º 19 de Capitán Tsubasa nos muestra la luz al final del túnel. Ahora que —si no habéis leído el manga, cuidado, porque aquí hablo directamente del ganador del partido y el futuro— la selección japonesa ha sido capaz de vencer al país galo y clasificarse para la final, queda muy poco camino por delante. Ahora solo queda Alemania, conjunto al que le han dedicado mil elogios durante toda la serie. Encabezada por Schneider, es la selección que más miedo da con diferencia.
Sabemos que va a ser el equipo que más problemas le dé a Japón… y a Ozora. Desde hace varios tomos, el autor ha destacado la figura de Schneider por encima de la de casi cualquier otro jugador. Es un líder tanto dentro como fuera del campo, así como un futbolista muy completo con una capacidad ofensiva del más alto nivel. Probablemente, es uno de los mejores jugadores del sub-20, así como uno de los deportistas con mayor potencial de toda la serie.
Tal situación hace que rivalice bastante con Tsubasa, otra de las grandes promesas del torneo. El nipón, que no partía como favorito en las quinielas del manga (que no del autor ni de los espectadores) se ha erigido como una de las máximas figuras del torneo y su futuro pinta prometedor. Tanto es así que Roberto reaparece y afirma que es el momento de que se vaya con él a Brasil, pero… ¿Será cierto? ¿Cumplirá su promesa de una vez por todas?
El final de una etapa
Esta situación establece el trasfondo de los dos últimos tomos, dejándonos entrever que Ozora está a punto de terminar su primera etapa como futbolista. Sea cual sea su destino, parece que Japón se le ha quedado pequeña. No es el único. Durante el partido contra Argentina, y durante los encuentros previos, el combinado nipón ha demostrado un talento descomunal. Es, sin duda, la mejor generación de su historia, pues nunca un equipo del país asiático había logrado nada parecido en ninguna de sus categorías.
Podría decirse que es una generación de oro única e irrepetible. En cierto modo, teniendo en cuenta que el fútbol no tiene tanto peso en el país y que su población es más bien reducida, podría decirse que es bastante ficcional, pero tampoco es que nos importe. Recordemos, pues, que hablamos de un manga en el que hay gente con tal potencia de tiro que hasta puede romper la red de una portería… o usar una técnica llamada Catapulta Infernal.
Ese espíritu rocambolesco sigue vivo, aunque los movimientos especiales de los jugadores llevan un tiempo siendo algo más único. La mayoría de ellos son tiros, puesto que el resto de futbolistas responden con movimientos sin nombre, aunque a veces igualmente espectaculares. Sea como fuere, Capitán Tsubasa sigue demostrando porque es uno de los spokon más importantes de la historia. Si bien es cierto que no ha envejecido tan bien como nos gustaría, sigue teniendo algo especial, y es un chute de nostalgia sin parangón.
- Es pura nostalgia.
- Sigue siendo un buen spokon.
- Tiene un gran valor coleccionista gracias a su gran edición.
- Algunos secundarios comienzan a tener más importancia.
- Nos empieza a enseñar que los protagonistas no ganan siempre.
- Abrir la trama al mundo y a Europa le da más bagaje.
- Ha envejecido algo peor de lo que nos gustaría reconocer.
- El dibujo sigue fallando en cuanto a proporciones y definición, y lo seguirá haciendo hasta el final.