Reseña de Capitán Tsubasa n.º 18: Japón vs. Argentina

El final de Capitán Tsubasa está muy cerca y es que con esta reseña del volumen n.º 18 nos quedan solo tres entregas más. Algo que, todo sea dicho, se veía venir, y no solo porque Planeta Cómic nos avisó casi desde el comienzo, sino porque con el mundial a nuestra vera queda claro que nos acercamos al término de la serie. Al menos de su primera parte, pues recordemos que las aventuras de Oliver Atom (u Ozora Tsubasa) se prolongaron durante mucho más tiempo.

Recordemos, pues, que con este torneo internacional, se enfrentan selecciones juveniles de todo el mundo, y que la primera parte del manga aborda infancia, adolescencia y casi adultez. Lo que no sabemos es si la editorial decidirá continuar con esta edición y también trabajará con las siguientes sagas. Entendemos que sí, pero de momento es mejor que nos centremos en el presente, y lo que este nos dice es que la Selección de Fútbol de Japón por fin se enfrenta a su segundo desafío real dentro de la competición.

Después de superar a Italia, un clásico del fútbol europeo e internacional, se enfrenta a Argentina, uno de los países en donde más y con más fuerza se vive el fútbol. Lideradas por Díaz, un crack con un futuro muy prometedor por delante, se definen como una de las favoritas del torneo. En ese contexto, Tsubasa se enfrenta a uno de los jugadores más talentosos que jamás ha visto, aunque no es el primero que logra ponerse a su nivel… o incluso sobrepasarle. Aunque siempre acaba triunfando, se ha enfrentado a futbolísticas con una capacidad descomunal, y este es uno de ellos.

Reseña de Capitán Tsubasa n.º 18 | Portada, sinopsis y edición

¡La selección nipona, cuya mejor arma es su fortaleza como equipo, se enfrenta a la argentina que, liderada por el genio Díaz, es una de las favoritas a alzarse con el campeonato! Estamos ante un enfrentamiento entre genios orientales y sudamericanos cuyo premio es el pase a semifinales. ¿¡Quién liderará a su equipo hacia la victoria!? ¿¡Tsubasa o Díaz!?

En general, la edición de este decimoctavo volumen es bastante buena. Salvo que se me haya pasado alguno, que siempre puede ser, hablamos de un tomo carente de fallos. Su edición es notable, la traducción es de calidad y, en general, mantiene los estándares a los que estamos acostumbrados.

Basado en leyendas

Dicho esto, y volviendo al contenido del manga, se nota que a Yoichi Takahashi (el autor del manga) le gusta lo «clásico». Por supuesto, tiene mucha lógica si tenemos en cuenta que hablamos de un manga con más de 40 años de vida. ¿Y esto qué quiere decir? Que a la hora de escoger selecciones rivales a Japón y/o diseñar jugadores, se basa en los preceptos históricos del fútbol. O lo que es lo mismo, Alemania, Italia, Argentina, etc. son los combinados nacionales que tanto a él como al lector japonés de la época le gustaba ver.

Esto es algo que se ha hecho muy evidente durante el torneo juvenil internacional, puesto que los mejores jugadores procedían de dichas selecciones. Y lo que es más, ha tomado sus atributos habituales para crear a sus estrellas. En Italia teníamos a un grandísimo portero, mientras que en Argentina hemos disfrutado (durante este volumen) de un jugador con una gran habilidad para regatear, entre otras cosas. Por su parte, Alemania tuvimos a un jugador más total y más serio, pero igualmente muy bueno.

También le da más valor que nunca a los dorsales, como al 10 de Tsubasa, reflejando claramente que antaño (hoy día lo sigue siendo, pero tal vez algo menos) que el número que portabas a tu espalda era una clara definición de quién eras o querías ser sobre el campo. Era un concepto tan extendido que hoy día se sigue manteniendo y se le da mucho valor. Esta singularidad se refleja muy bien en el manga al tiempo en que Díaz y Tsubasa demuestran porque son dos de los mejores futbolistas de su generación.

Fútbol de la vieja escuela

Sea como fuere, durante el presente tomo termina el partido, al igual que la fase de selección. Entre los clasificados encontramos a Francia, Uruguay y República Federal de Alemania, lo que pone en relieve el gran impacto que tuvo, tiene y tendrá el fútbol europeo en todo el mundo. Por supuesto, América Latina también tiene representantes muy notables, y es que hablamos de dos de los continentes en los que más se respira fútbol. Debo decir, aunque Uruguay es otra gran selección, que me pareció curioso no ver otros combinados «teóricamente más populares a nivel internacional».

Hablo de Brasil, que tiene mucha importancia en la historia de Tsubasa. No obstante, luego entendemos el porqué, pero no es menester adelantarse. En cualquier caso, Alemania se enfrenta a Uruguay, por lo que a Japón (creo que no sorprendo a nadie diciendo que se llevan ellos finalmente el partido contra Argentina) hace lo propio contra Francia. Aquí, curiosamente, quien destaca es Misaki. Como ha viajado por todo el mundo, conoce a cientos de jugadores, y la estrella de la selección gala es una de ellas.

Aparte, el otro gran protagonista del partido es… el árbitro. Por primera vez en mucho tiempo, el autor le da mucha importancia a su figura. La convierte casi en un enemigo de los futbolistas que están sobre el verde. De esta manera, Takahashi explora una narrativa que no ha tocado demasiado, provocando que el partido entre Japón y Uruguay sea de los más tensos que hemos visto en mucho tiempo. Con esto en mente, seguimos valorando positivamente el manga, y entendemos perfectamente el motivo por el cual se considera un spokon histórico con mucho valor.

• Es pura nostalgia.
• Sigue siendo un buen spokon.
• Tiene un gran valor coleccionista gracias a su gran edición.
• Algunos secundarios comienzan a tener más importancia.
• Nos empieza a enseñar que los protagonistas no ganan siempre.
• Abrir la trama al mundo y a Europa le da más bagaje.

• Ha envejecido algo peor de lo que nos gustaría reconocer.
• El dibujo sigue fallando en cuanto a proporciones y definición, y lo seguirá haciendo hasta el final.