Reseña de Tenkaichi: la batalla definitiva n.º 3, un manga que es más que pura violencia

La verdad es que, al principio, el trabajo de Kyotaro Azuma y Yusuke Nakamaru me pareció interesante, pero de manera relativa. Los dos primeros volúmenes de la serie me generaron una primera impresión singular, pues me fui con la idea de que era una lectura interesante, pero bastante plana. No obstante, al preparar la reseña de Tenkaichi: la batalla definitiva y su tomo n.º 3, me he dado cuenta de que solo estábamos acariciando la superficie de una historia con más potencial del que parecía. O lo que es lo mismo, aunque arranca con fuerza, no empieza a demostrar de lo que es verdaderamente capaz hasta un poco más tarde.

Curiosamente, me he dado cuenta de todo esto durante un «simple» combate, y es que durante esta tercera entrega no alcanzamos a saber cuál es la resolución de la kunoichi más fuerte de la historia del clan Fuma, Kotaro, y el espadachín ciego más increíble que jamás ha dado Japón, Toda Seigen. Algo muy curioso si tenemos en cuenta que el propio Toda parece una persona «normal». No obstante, en este manga esa palabra no tiene cabida. De una manera u otra, nos ha quedado muy claro que todos los participantes del torneo se acercan más a un demonio que a un ser humano.

Y no lo digo (qué también) porque tengan habilidades sobrehumanas, poderes que sobrepasan por mucho lo paranormal o un físico que podría ser considerado divino, sino porque son monstruos sedientos de sangre y violencia que pierden el juicio casi por completo cuando se enzarzan en un combate que de verdad pone a prueba sus capacidades… y su vida. Y aunque parece básico (y lo es), es tremendamente entretenido. Tanto que tener que esperar más de un mes por el siguiente tomo me está matando.

Reseña de Tenkaichi: la batalla definitiva n.º 3 | Portada, sinopsis y edición

¡Arranca a toda velocidad el combate entre Fûma Kotarô, la Emperatriz Fûma, y Toda Seigen, el as de la espada corta kodachi! Ella posee un gran sentido del combate cuerpo a cuerpo y es la más fuerte del mundo; él puede percibirlo todo sobre su rival con los ojos de la noche blanca. ¿Qué nos deparará esta feroz batalla que supera el entendimiento humano?

Para variar, Distrito Manga ha presentado un producto de nivel con una buena maquetación, traducción e impresión. En general, la editorial ya nos tiene muy bien acostumbrados en ese sentido, por lo que este tercer volumen no iba a ser distinto. Y aun a riesgo de sonar repetitivo, puedo decir que es un producto de calidad que cumple con nuestros estándares en la mayoría de ámbitos, por no decir todos.

Algo más que violencia… pero sin olvidarnos de que es la gran protagonista

Curiosamente, pese a todo lo comentado con anterioridad, lo cierto es que este volumen no ofrece «tanto» en el sentido de que «solo» es un combate más. Pese a ello, el duelo entre Seigen y Kotaro es una auténtica locura. Y no solo porque nos ofrezca más que la primera batalla, sino porque, además, nos ofrece un contexto y un trasfondo mucho más interesante. El enfrentamiento entre Honda Tadakatsu y Miyamoto Musashi se construyó —en cierto modo— alrededor del honor.

Lo de Kotaro y Seigen es el choque de dos demonios que han sobrevivido a un pasado bastante trágico. Y aunque pueda parecer una tontería, este simple cambio hace que el duelo sea algo más que una carnicería entre dos monstruos sedientos de sangre. Hay un extraño sentimiento de empatía en ambos casos. O al menos en parte, porque sus «yoes» actuales no se parecen demasiado a lo que una vez fueron.

A su manera, son guerreros que viven por y para matar, especialmente la kunoichi del clan Fuma. De lo visto hasta ahora, es la que más me transmite y uno de mis personajes favoritos del manga. Tanto es así que me da un poco de miedo que algunos de los combatientes sean nombres históricos y reales, pues me temo (no lo sé, es una sensación) que serán ellos quienes acaben progresando y llegando a las finales.

A muerte

Sin embargo, eso son cosas que en realidad no puedo saber, por lo que prefiero ceñirme al presente. En este, Tenkaichi: la batalla definitiva ha logrado evolucionar como manga de acción y peleas viscerales. Al agregarle una capa adicional de profundidad a sus siguientes luchadores, ha dado un paso hacia adelante. Eso sin obviar el hecho de que el dibujo es una auténtica barbaridad y que cada panel es una pequeña obra de arte. Sin más, es un tebeo que enamora conforme lo ves.

Aparte, al agregar el componente de «escenario aleatorio», le da un toque extra, ya que te permite saber que habrá toda clase de situaciones. No es que sea un cambio especialmente complejo ni demasiado innovador, pero funciona. Es más, si tenemos que encontrarle una pega al manga es que en realidad no inventa nada nuevo. Es más de lo mismo, pero eso no tiene que ser algo negativo. Especialmente cuando el resultado final es tan entretenido.

Al final la gracia recae en ver cuáles son las capacidades especiales de cada combatiente y en disfrutar de la violencia más exagerada que nos podamos imaginar. No busca nada más y, como es tan sincero en ese sentido, no se puede decir nada especialmente negativo del proceso. Ofrece lo que promete sin medias tintas. No intenta esconder lo que es y, sin más, satisface una serie de gustos muy concretos, pero de manera bastante notable. Es divertido. A su manera, sí, pero divertido.

• Es muy sincero con lo que ofrece.
• El dibujo es realmente bueno.
• El ritmo es directo y frenético.
• Aunque simple, es bastante entretenido.
• El trasfondo y los personajes tienen cada vez mejor pinta.

• No innova demasiado.