Hoy es un día triste: he terminado el manga de Yoshikawa Keito. En efecto, hasta nuevo aviso, la reseña de Diario de nuestra vida entre gatos en Kamakura n.º 4 será la última. Odaiba Ediciones ha completado la serie, así que nos toca despedirnos. Ahora mismo lo único que me consolaría es que acaben licenciando también Katagiri-kun Chi ni Neko ga Iru. No hay otra forma.
Bromas aparte (pero en serio, la quiero), siempre es triste despedirte de una serie. Curiosamente, Diario de nuestra vida entre gatos en Kamakura no ha necesitado mucho tiempo para hacerme sentir así. Han sido solo cuatro volúmenes, pero… No sé, tenía algo especial. Tal vez sea porque yo también tengo varios gatos en casa. Es posible que se deba a su estilo desenfadado. A lo mejor ha sido porque me servía para desconectar.
Sea como fuere, me apena despedirme de Ryo y Mihoko. Sin más, les echaré de menos, siendo esta mi primera gran conclusión de la serie en su conjunto: se hacen de querer. La pareja de recién casados y sus cinco gatos se hacen de querer. Esto es así y de este carro no me baja nadie. Ni lo harán, porque ahora que ha terminado, me gusta todavía más. No obstante, no quiero dejarme llevar demasiado, así que vayamos por partes.
Reseña de Diario de nuestra vida entre gatos en Kamakura n.º 4 | Portada, sinopsis y edición
Ryo y Mihoko son una pareja de recién casados que se muda a Kamakura… ¡Pero no están solos en esta aventura, porque les acompañan sus CINCO GATOS!
Los siete forman la familia Katagiri al completo.
¡Una comedia conmovedora que te va a hacer amar todavía más a los gatos!
Autora | Keiko Yoshikawa. |
Traducción | Elena Diez Antón. |
Género | Comedia, slice of life |
Demografía | Seinen |
Precio | 7,50 €. |
Formato | Rústica de tapa blanda con sobrecubierta. |
Reseñas | Reseñas volúmenes anteriores |
Lo primero es la edición. Respecto a ella, pues nos toca alabar de nuevo el trabajo de Odaiba Ediciones. Sobre todo en lo que a portadas se respecta. No solo son preciosas, sino que la calidad del material es muy buena. Además, es muy agradable al tacto. Esto, en cualquier caso, no tendría valor alguno si el resto de los componentes no estuviesen a la altura.
No es así. Tanto la traducción como la maquetación de Diario de nuestra vida entre gatos en Kamakura es de gran calidad. Destaca, una vez más, el papel de Elena Diez, quien ha sabido adaptar a la perfección las expresiones idiomáticas y el lenguaje de sus personajes. Por su parte, tanto la realización técnica como la impresión destacan de buena manera, dejando tras de sí un cuarto tomo muy bueno en términos de relación calidad-precio.
La magia del slice of life y los gatitos
Dicho esto, me toca deciros qué me ha parecido, aunque en esta ocasión será algo distinto. Ahora que he terminado el manga, creo más conveniente hablaros de mis impresiones generales más que del tomo en sí. Habiendo aclarado este punto, lo primero que os puedo decir de Diario de nuestra vida entre gatos en Kamakura es que se disfruta mucho como lectura ligera para desconectar del trabajo, los estudios y el estrés de la vida diaria.
Como todo buen slice of life su principal característica es que te cuenta muchas cosas sin contarte nada. O lo que es lo mismo, las ocurrencias y vivencias de sus protagonistas son tan cotidianas como nuestras propias vidas. Más allá de las ocurrencias de sus gatos y alguna situación un poco más disparata, es un manga muy, muy normal. He ahí, precisamente, su encanto.
Este tipo de licencias se caracterizan por romantizar la rutina y la tranquilidad, dejando a un lado el drama, el estrés y las preocupaciones. Este es su objetivo y, ciertamente, Diario de nuestra vida entre gatos en Kamakura lo consigue a las mil maravillas. A través de la historia de Ryo y Mihoko, Yoshikawa Keito logra que nos olvidemos de nuestro día a día durante un rato.
Una forma de desconectar del mundo
Esto no es nada fácil. Sin duda, es una gran virtud que debemos valorar de manera muy positiva. A fin de cuentas, esto nos dice que cumple al 100% sus objetivos. Además, es bastante entretenido. Por consiguiente, cumple con los dos objetivos primordiales del manga, ya sea a través de la pareja o de sus gatos.
Lo consigue con un sentido del humor muy velado en donde las introspecciones de Ryo y Mihoko ganarán mucho peso: ¿Qué estarán diciendo mis gatos? ¿Qué harían en esta situación? El autor humaniza muy sabiamente a los 5 mininos, logrando no solo que empaticemos con ellos, sino que acabemos pensando que, en efecto, eso es lo que harían o dirían.
Inclusive, por momentos juega tanto al despiste que no sabemos si de verdad son los pensamientos de los gatos o la imaginación de sus compañeros humanos. Esto nos ofrece una divertida ambivalencia lectora que nos hace buscarle cinco pies al gato, nunca mejor dicho. ¿Eran tres? Da igual, así tiene más sentido.
Una historia tranquila y sin sobresaltos
Sea como fuere, lo que consigue es que nos distraigamos mientras disfrutamos de su tranquilidad. Eso en el buen sentido. Por el otro lado, no sorprende demasiado ni arranca con giros de guion. Y sí, es una dinámica habitual dentro del espectro de los slice of life, pero debéis tenerlo en cuenta si no conocéis demasiado el género.
Esta es, por consiguiente, su mayor virtud y su mayor defecto, dependiendo siempre del enfoque y de lo que busquemos. Para nosotros, que estábamos bastante seguros de qué nos íbamos a encontrar, es todo un acierto, destacando en el buen sentido de principio a fin. Esto lo consigue tanto por la narrativa como por el ritmo, los diálogos y el dibujo.
Todos, de una forma u otra, funcionan muy bien. La cohesión entre los elementos es fuerte y estable y, además, se atreve a explorar el futuro de sus protagonistas mediante inquietudes personales y profesionales. En su conjunto, funciona, aunque también es verdad que el dibujo peca de ser algo simple y de no trabajar demasiado los fondos.
Reseña de Diario de nuestra vida entre gatos en Kamakura n.º 4 | ¿Qué nos ha parecido?
En conclusión, que Diario de nuestra vida entre gatos en Kamakura funciona muy bien como un manga tipo slice of life con ligeras dosis de romance y buenos personajes. Sobre estos últimos, sin embargo, echamos en falta algo más de «pasión», ya que muestran muy poco sus sentimientos de forma física. Esto no significa que no sintamos su amor y su cariño, pero parece que sean demasiado reservados.
En toda la historia apenas vemos muestras de afecto físico. Y no hablamos de nada del otro mundo, pero es que no hay prácticamente ni besos ni abrazos. Es algo que nos choca un poco desde una perspectiva puramente occidental. Sentimos que le resta naturalidad, pero parece corresponderse al ideal oriental sobre el amor. Al menos desde la perspectiva del manga. Lo que suceda en la realidad es otra cosa.
A modo de conclusión, pues os podemos decir que Diario de nuestra vida entre gatos en Kamakura es un manga muy interesante dentro de su género y que, aunque no sorprende, es muy grato. Su lectura es amena y entretenida y, pese a no tener nada que lo diferencia del resto en exceso, tiene ese encanto único y personal que tanto solemos pedir. En resumen, que funciona muy bien y que nos ha gustado mucho.
- Lectura agradable y tranquila. Ideal para momentos de distensión.
- El dibujo es muy ameno y el trazo es limpio.
- La edición y la traducción son muy buenas.
- Ideal para quienes tenemos gatos.
- Ofrece una visión muy interesante de nuestros amigos felinos.
- No sorprende demasiado y el dibujo es bastante plano (es algo típico de los slice of life).
- Algunas adaptaciones fonéticas no disponen de la mejor gráfica.
- Si no te gustan los animales… No, no es para ti.