Forjo espadas y sueños en Blacksmith Master, un simulador medieval. Convierte un taller humilde en leyenda con estrategia. ¡Vive de la forja!
Imagina el calor de una forja crepitando y el rítmico clang-clang del martillo contra el yunque. Blacksmith Master (Untitled Studio, Hooded Horse), lanzado en acceso anticipado el 15 de mayo de 2025, te sumerge en la vida de una herrería medieval. No eres solo un herrero dando martillazos. Eres el alma de un taller, tomando decisiones que forjan un camino hacia la grandeza.
Mis primeras horas con el juego han sido una danza de planificación, errores y pequeños triunfos. Pero, sobre todo, me han dejado con ganas de seguir avivando el fuego de este simulador que destila ambición. La premisa de Blacksmith Master es directa pero cautivadora. Comienzas con un taller modesto en un pueblo medieval.
Tu misión: convertirlo en una herrería de leyenda. No se trata solo de fabricar espadas o herramientas. Gestionas toda la cadena de producción: desde enviar mineros a extraer hierro hasta negociar con mercaderes que piden adornos ostentosos. Este enfoque me recuerda a la vibra artesanal de Stardew Valley, pero con un giro estratégico que evoca los engranajes logísticos de Anno.
Cada decisión pesa. ¿Coloco el almacén cerca de la forja para ahorrar tiempo? ¿Contrato un aprendiz barato aunque sea lento? Mis primeros intentos fueron un desastre: lingotes apilados en el lugar equivocado, pedidos entregados tarde. Pero cuando logras que todo fluya, la sensación de logro es inmensa.
Un martillo y una forja. No hace falta nada más. Así es Blacksmith Master




Lo que me ha enganchado de verdad es cómo el juego crea historias sin necesidad de un guion. Cada encargo cuenta algo: una daga para un guardia, una azada para un granjero gruñón, una armadura para un noble exigente. Estos detalles, inspirados en objetos históricos, dan vida al mundo.
No hay dragones ni magos, pero el pueblo se siente vibrante y real. La estética minimalista, con colores cálidos y una banda sonora que envuelve como un manto, refuerza esa inmersión. Aunque, tras varias horas, la rutina de los encargos puede empezar a sentirse repetitiva. No todo está pulido.
Como título en acceso anticipado, Blacksmith Master tiene sus asperezas. La interfaz es algo tosca y puede ser confusa. La falta de tutoriales claros me dejó perdido en más de una ocasión. La gestión de empleados, por ejemplo, se siente básica: contratas, asignas tareas y poco más. Los sistemas más avanzados, como optimizar la producción a gran escala, piden más profundidad.
Pero estos fallos no opacan el brillo del juego. Hay algo adictivo en ver tu taller crecer, en aprender de tus errores y en descubrir cómo encajar cada pieza del puzzle. Blacksmith Master no pretende revolucionar los simuladores de gestión. Sin embargo, su mezcla de estrategia, artesanía y nostalgia medieval tiene un encanto único.
Bebe de clásicos como Banished o Shop Titans, pero forja su propia identidad. Si disfrutas planificando, optimizando y soñando con construir algo grande desde cero, este juego te atrapará. Perdónale sus imperfecciones, que el acceso anticipado promete pulir, y déjate llevar por el calor de la forja.
Es un diamante en bruto, pero su chispa ya ilumina con fuerza. Dale unas horas y quizá, como yo, te encuentres soñando con el próximo martillazo.