¿Sapos con escopetas disfrazados de monja en una revolución a la francesa? Análisis de Toads of the Bayou

Un sapo, una escopeta y un solo objetivo: acabar con el orden establecido. Os lo contamos en nuestro análisis de Toads of the Bayou.

0

Cuando descubrí que existía un juego en el que podías enfrentarte a algo así como un oscuro señor feudal con una monja que resuelve los conflictos a escopetazos, dije «sí, esto es para lo que he nacido». Ah, y se me ha olvidado un pequeño detalle: esa monja es un sapo. Y no es el único, ni mucho menos, ya que en realidad es solo uno de los tres héroes con los que podemos completar Toads of the Bayou, el protagonista de nuestro análisis del día.

Pero… ¿Y qué es Toads of the Bayou? A grandes rasgos, podemos hablar de un juego que toma las bases de los Tactics para diseñar su escenario. No obstante, lejos de lo que cabría esperar, aquí no controlamos un ejército. A diferencia de lo que vimos en el todavía reciente Metal Slug Tactics o en otros grandes títulos del género, como Final Fantasy Tactics, aquí controlamos a un único personaje.

Ahí no acaban las diferencias, ya que a nivel mecánico nos encontramos ante un juego más tipo Slay the Spire en donde tendremos que construir un mazo para superar distintos escenarios tipo roguelite. Esto se traduce en que, cuando perdamos, tendremos que empezar desde cero, conservando solo uno de los recursos que hemos acumulado: el oro. Esto hace que se acerque más a un roguelike que a un roguelite si nos ponemos caprichosos, ya que la sensación de progreso entre runs apenas se mantiene.

Análisis de Toads of the Bayou: sapos, ¡a las armas!

Por supuesto, esto es solo el principio, y es que con este análisis tan superficial apenas hemos rascado la verdadera identidad de Toads of the Bayou. Tampoco es que sea mucho más complejo que esto, pues palidece ante la profundidad de otros compañeros del género. Tal vez esto explique por qué es tan baratito, ya que apenas cuesta unos muy merecidos 9,99 euros. Espera, ¿merece la pena pese a esa simpleza de la que has hablado?

Pues lo cierto es que sí, ya que Toads of the Bayou es un juego humilde, pero divertido. A grandes rasgos, nos presenta la historia de un pueblo de sapos cuyo estilo de vida ha sido defenestrado por un tal Barón Samedi. Este llegó de repente al lugar entre sospecha y sospecha. Desde el primer momento su presencia no presagiaba nada bueno, pero el inmovilismo de los sapos le permitió hacer de las suyas hasta el punto de crear un ejército de siniestras criaturas que ahora amenazan la vida de todo el lugar.

Narrativamente, no es mucho más complejo que esto, pues todo se resume en algo así como una revolución francesa en donde, en lugar de dictadores, hay un mago oscuro sin respeto alguno por la vida ajena. El caso es que aquí la revuelta no será de grandes masas, sino de un pueblo encomendado a la figura de un héroe con unas capacidades determinadas. El primero que desbloqueamos es un exmilitar bastante curtido con la capacidad de crear barricadas, la segunda es una monja con una escopeta y el tercero lo dejaré a vuestra imaginación.

La revolución francesa en forma de pantano pixel-art

El caso es que será mediante estos que intentemos detener el barón. ¿Y cómo? Pues avanzando a través de tres mapas divididos en secciones. Cada una de estas secciones es una misión, siendo esta siempre la misma: derrotar a ocho enemigos mientras se defienden uno o varios recursos. Estos recursos no son para nosotros, sino para el «pueblo», por lo que evitar que los enemigos los destrocen es importante. ¿Por qué? Pues porque en caso contrario nuestro mazo será peor.

Así es, tal y como ya he dicho, Toads of the Baoyu es un deck builder. Para desplazarnos por el mapa cuadriculado y/o atacar a nuestros enemigos tendremos que usar cartas. Cada turno podremos usar una cantidad determinada en función del coste de los naipes y de nuestra puntuación. Es muy importante aprender a controlar estos recursos y a movernos por el mapa, ya que en caso contrario, o bien nos matarán, o bien destruirán los bienes del pueblo.

Esto es lo peor que nos puede pasar, ya que cuando sucede en varias misiones diferentes, tendremos tantos defectos en nuestra baraja que será casi imposible avanzar. ¿Y cómo es eso? Mediante cartas con efectos negativos. Al perder un objetivo no solo dejaremos de ganar monedas para mejorar nuestro mazo, sino que, además, este se llenará de cartas inútiles o que van contra nosotros. A nivel narrativo tiene bastante sentido, ya que la pérdida de estos elementos se traduce en varapalos para la resistencia contra el barón.

Lo malo es que la variedad de cartas es relativamente baja y que no hay demasiadas maneras de innovar e inventar. Por mucho que tengamos tres héroes a medida que superemos la historia, le falta algo de empaque. Además, no podemos decir que las runs sean especialmente altas, pero tienen su encanto. De hecho, pese a todo, Toads of the Baoyu es bastante divertido, sobre todo si te gusta el género. Además, me gusta el hecho de que, aunque no podemos jugar a más sapos en mesa, sí que podemos contratar unidades.

Conclusiones

Estas, en lugar de intervenir en el combate, nos otorgan distintas ventajas como, por ejemplo, más puntos de acción o más movimiento, por ejemplo. Bien combinado con su atractivo estilo pixel-art y su oscura atmósfera, podemos decir que funciona tanto a nivel mecánico como visual. Además, que disponga de textos en español pese a ser un juego bastante pequeñito es una detallazo. Lo malo es que se nota que antes había más ideas, o eso parece, pues recursos como el aceite (entre misiones podemos conseguir oro y aceite, siendo ambos necesarios para mejorar nuestro mazo) se acaban quedando cortos muy pronto.

No les daremos demasiado uso cuando llevemos varias horas de juego. Además, la curva de entrada es dura, y cuesta bastante pillarle el truco. Lo malo es que, si sobrevives a las primeras oleadas y logras acumular pasivas, la dificultad decae muchísimo, haciendo que las misiones finales sean casi un paseo en no pocos casos. Todavía necesita algo de pulido, algo más de profundidad, más cartas, una mejor curva de desafío y tal vez alguna mecánica adicional.

Pese a todo esto, creo que es un producto interesante con una idea muy curiosa y un apartado gráfico bastante llamativo. Al construirlo todo en torno a los sapos y su pantano, artísticamente tiene mucho gancho, y lo cierto es que la combinación de tactics con deck builder funciona mejor de lo que esperaba. Así pues, puedo concluir con que todavía necesita limar ciertos aspectos y que, pese a ello, es bastante entretenido. Considero que sí merece la pena, sobre todo porque está bastante baratito.

  • El precio: es muy económico.
  • La idea de combatir con sapos.
  • El diseño y el apartado artístico.
  • La combinación de constructor de mazos con estrategia por turnos a lo tactics.
  • La falta de profundidad.
  • La curva de dificultad.

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here