Mi primer contacto con un juego musical, (al menos que recuerde), fue con Sing Star, esa longeva saga que nos permitía cantar a pleno pulmón al ritmo de Operación Triunfo, Disney o cualquier hit popular de la primera década de los 2000. Sin embargo, no fue ese el juego dedicado a la música el que consiguió que yo amara el género. Tendría que esperar hasta mi preadolescencia para encontrarme casi por casualidad con Guitar Hero. Desde entonces, cualquier título con una propuesta similar es bienvenido y si encima hablamos de Final Fantasy con Theatrhythm Final Bar Line, la dicha es doble.
En este recorrido musical, en el que incluso llegué a abrirme la muñeca y a jugar con el volumen silenciado para que mi madre no me escuchara por las noches, han habido toda clase de etapas. En este momento, me encontraba en una en la que ya había olvidado los «buenos tiempos». Doy gracias a la memoria muscular por hacer que este camino haya sido mucho más sencillo, (al menos en un inicio), que en el momento en que cogí la guitarra por primera vez.
Y eso, lejos de frustrar mi experiencia, me ha permitido entrar de lleno en la propuesta e ir avanzando durante los primeros compases, entendiendo sus controles y completando niveles. Podría haberme aburrido pronto, pero lo cierto es que esta entrega sabe cómo llegar a todo tipo de público y pronto me he visto sudando con temas como «Hellfire». Al final, de una manera u otra, la experiencia ha sido muy nostálgica y un reto; no solo es un juego musical, pero eso no es todo y os lo cuento en el siguiente análisis.
Análisis de Theatrhythm Final Bar Line | Más que un Guitar Hero de Final Fantasy
No es desacertado hacer una comparativa entre Guitar Hero y Theatrhythm Final Bar Line. A fin de cuentas, nos encontramos con niveles en los que tenemos que pulsar la secuencia de botones en el orden correcto cuando estos lleguen a una zona determinada, mientras una partitura, (en el otro caso mástil de guitarra), avanza. Hablo de Guitar Hero por ser el más conocido, pero hay muchas otras propuestas anteriores que funcionan de una forma similar.
A lo mejor alguno de vosotros se está preguntando si en este caso también jugamos con la réplica de un instrumento, pero lo cierto es que no. Nintendo Switch será nuestra principal herramienta para, nivel tras nivel, completar el juego. No os voy a negar que en un inicio no acababa de visualizar jugar a este tipo de propuestas con una herramienta tan pequeña como es la portátil de Nintendo.
Es decir, imaginaba un sinfín de situaciones en la que la consola se me resbalaba en mitad de una secuencia complicada, mis dedos terminaban doloridos o no podía ver bien el patrón. Nada de eso ha resultado ser realidad. Ya sea en modo portátil o conectada a una televisión, haciendo uso de un controlador independiente o de los propios joycons de la consola, la experiencia de juego está pensada para que la inmersión sea la mayor posible.
Todo el universo del JRPG
La habilidad es fundamental sí, pero Square Enix ha decidido adaptarse a diferentes perfiles de jugadores a través de varios modos de dificultad que no solo conforman la propuesta como una carrera de fondo, sino que permiten que toda clase de público se pueda adherir a ella. La rejugabilidad es uno de los puntos clave, por supuesto. No es raro que en muchos momentos nos quedemos atascados en un nivel concreto y tengamos que intentarlo e intentarlo hasta adquirir la habilidad suficiente para poder superarlo.
Theatrhythm Final Bar Line está dividido por juegos. Es decir, tenemos desde Final Fantasy I hasta Final Fantasy XV con todos los temas que eso implica y muchos extras que se van incluyendo de forma adicional. Por ejemplo, no solo hay temas de esta saga, también podemos encontrar algunos de otras compañeras como Nier. Todo ello hace un total de más de 500 canciones, incluyendo «temazos» como «One Winged Angel» o «Apocalipsis Noctis» o «Aeris Theme». No hay ninguna pieza que se os ocurre que pueda faltar. Y es cierto que a estas alturas ya contamos con Final Fantasy XVI, pero en el momento de salida del juego todavía no.
Sin embargo, Final Fantasy no solo es su banda sonora, sino que hablamos de una de las mayores sagas de JRPG del mundo y, por supuesto, este componente no podía faltar en la entrega. En este caso, tendremos que crear nuestro equipo. Podemos mezclar personajes de diferentes juegos y cada uno de ellos está asociado a un rol determinado. Y sí, es bastante importante tener una estrategia más allá de elegir a los personajes que más nos gustan, ya que ser conscientes de las habilidades de cada uno puede suponer la diferencia entre la victoria y la derrota.
Conclusiones
Una vez dentro de las canciones propiamente dichas, lo primero que vemos son representaciones chibi de nuestros personajes preferidos así como de los enemigos. Theatrhythm Final Bar Line sigue una línea colorida, amena y divertida. En la parte superior se encuentra la partitura en la que se suceden las notas en un orden, generalmente, de izquierda a derecha y que en función de la dificultad puede ser más abundante o menos.
Al contrario que en otros juegos musicales, aquí podemos pulsar los botones que queramos para acertar. No hay uno determinado, aunque sí que es importante determinar cuáles vamos a usar para cuando tengamos que combinarlos. Casi por intuición lo que te sale es utilizar los gatillos superiores y, en mi opinión, es lo más cómodo. No todo el tiempo que duran las canciones, (aunque son versiones abreviadas), vamos a estar pulsando botones.
También los joystick entran en juego y podemos jugar con ellos alargando notas, pulsando direcciones, etc. En los niveles superiores esto puede ser una auténtica locura. Theatrhythm Final Bar Line dura todo aquello que el jugador quiera. Es decir, es un come-horas. Personalmente, creo que es una entrega que se disfruta mucho más como una carrera de fondo, poco a poco, pero cada jugador que decida.
De lo que no hay duda es de que es un juego musical de lo más completo, con todos los grandes temas de una saga que destaca por tener un apartado musical inmejorable. Todo fan de Final Fantasy se verá complacido con tan solo poder tener todas las piezas reunidas. Por lo tanto, es un juego más que recomendable para aquellos que disfruten del género y de la saga. No hay duda alguna de que, lejos de hacer un producto superficial, la compañía se ha esforzado por ofrecer algo divertido, como venía haciendo anteriormente.
- Poder acceder a todas las canciones de la saga.
- Nada en concreto.