Octopath Traveler 0 llega con un lavado de cara a la franquicia aprovechando el material de la versión móvil de la saga, Champions of the Continent, y yatenemos listo nuestro análisis. Dejando de lado la fórmula tradicional de ocho historias independientes, esta entrega propone una experiencia más cohesionada y personal:
tú eres el protagonista desde el principio, con una historia que mezcla restauración, venganza y exploración en el vasto mundo de Orsterra. Con una propuesta que toma elementos clásicos de la serie y los combina con novedades como la creación de personajes y la reconstrucción de tu pueblo, este título intenta redefinir lo que significa jugar Octopath.
La entrega promete más de 100 horas si te dedicas a explorar todo lo que ofrece, y se posiciona como un RPG que puede agradar tanto a veteranos como a nuevos jugadores. Así, cuenta con un punto jugable que recuerda más a otras grandes obras de rol como Suikoden, pero manteniendo la esencia de la franquicia en la batalla. Además de nuevos añadidos que podrían considerarse un punto más avanzado y necesario en la franquicia. Os lo contamos.
El protagonista eres tú: análisis de Octopath Traveler 0

La historia del juego gira en torno a tu propia creación: el protagonista no es uno de los ocho héroes tradicionales, sino un personaje completamente personalizable cuya ciudad natal, Wishvale, ha sido destruida durante el prólogo. A partir de ese momento, la trama se bifurca entre la búsqueda de justicia y la reconstrucción de tu hogar, dos pilares que mantienen el ritmo narrativo del juego.
El arco principal puede extenderse por más de 100 horas si te tomas tu tiempo para realizar misiones secundarias, reclutar aliados y desarrollar la base que llamas hogar. Este enfoque hace que la narrativa tenga más peso que en entregas anteriores, ya que no solo avanzas por los hechos de la trama, sino que te implicas activamente en la evolución de tu entorno.
Esto sería completamente ideal sino contara con los altibajos naturales de una aventura tan larga, donde en algunos momentos la trama carece de interés. Además, tenemos que sumarla ausencia de traducción al español, que hará que algunos jugadores se sientan más perdidos.
En cuanto a personajes, el título ofreceun elenco amplio con más de 30 aliados reclutables, cada uno con historias y rasgos propios que se suman a tu viaje. Aunque muchos no tienen tanta profundidad como los protagonistas tradicionales de Octopath Traveler, su inclusión en el combate y en la vida de tu pueblo da variedad.
Sin embargo, esta cantidad puede sentirse abrumadora al principio y, en algunos casos, superficial si te interesan más las tramas personales que simplemente reforzar tu equipo.
La parte negativa de un número de aliados tan algo, es que irremediablemente la interacción de la trama y el personaje con ellos, es mucho más limitada. No solo echamos en falta más escenas en las que veamos como se relacionan, también ver como evolucionan.
Osterra es el mundo más vivo de la franquicia hasta el momento

En Octopath Traveler 0, el mundo de Orsterra se siente más vivo y cohesivo que en entregas anteriores. Aquí no solo caminas de punto A a punto B: exploras, reclutas personajes, completas misiones y, sobre todo, reconstruyes tu pueblo. Wishvale actúa como una base de operaciones que crece contigo.
A medida que avanzas, podrás colocar edificios, mejorar instalaciones y atraer más habitantes, lo que enriquece la sensación de progreso fuera de los combates. Las tareas secundarias, tanto de recolección como de exploración, están bien integradas con esta mecánica de reconstrucción. Muchas misiones te piden que encuentres recursos para mejorar ciertas zonas, reclutes personajes específicos, o desbloquees nuevas rutas de viaje.
En general, estas misiones amplían la inmersión en el mundo y hacen que quieras dedicar tiempo a zonas que, en otros RPG, simplemente pasarías por alto. No obstante, la estructura del mundo puede sentirse algo rígida en ocasiones. La exploración libre está bien, pero hay momentos en los que el diseño de las zonas te guía de forma demasiado lineal, reduciendo la libertad que muchos RPG prometen pero no siempre cumplen.
A pesar de eso, el componente de mundo abierto menor es suficiente para justificar el tiempo invertido. Eso no lo convierte en algo necesariamente malo. Quienes disfrutamos más de aventuras lineales con muchas bifurcaciones para encontrar tesoros sabrán de lo que hablo. La gracia de los mundos de estos JPRG reside en como se conectan las zonas dando vida a algo mucho más grande, y no tanto a la libertad que ofrecen los escenarios.
La reconstrucción de Wishvale nos ha encantado

Uno de los elementos más interesantes y originales de Octopath Traveler 0 es la posibilidad de reconstruir la ciudad natal del protagonista: Wishvale. Tras el ataque inicial que destruye el pueblo, esta mecánica se convierte en un eje central del juego, mezclando exploración, recolección de recursos y gestión estratégica de la ciudad.
El sistema permite a los jugadores colocar edificios, mejorar instalaciones y atraer habitantes que desbloquean nuevas funciones o misiones secundarias. Cada construcción tiene un propósito claro: tiendas que permiten comerciar con objetos raros, talleres que mejoran las armas o zonas de entrenamiento para tus aliados.
Esta gestión da un sentido tangible al progreso y refuerza la sensación de que tus acciones en el mundo tienen consecuencias directas. Además, la reconstrucción de Wishvale se integra perfectamente con las misiones secundarias. Muchas tareas te piden recolectar recursos específicos, rescatar habitantes o completar desafíos que, a su vez, permiten desbloquear mejoras y expandir la ciudad.
Esta retroalimentación constante hace que quieras dedicar tiempo a cuidar y crecer tu hogar, aumentando la inmersión y el vínculo emocional con el mundo. Sin embargo, la mecánica tiene sus limitaciones. Las opciones de personalización estética son reducidas y, más allá de la funcionalidad de los edificios, la ciudad no cambia visualmente de manera significativa. Esto puede hacer que la gestión de recursos se sienta repetitiva con el tiempo, especialmente en la segunda mitad del juego.
Jugabilidad con mucha más libertad que nunca

Donde brilla con luz propia es en su sistema de combate. Mantiene el clásico sistema por turnos que los fans esperan, con la ya repetida mecánica de “Break y Boost”, que permite explotar debilidades elementales y gestionar recursos para multiplicar ataques. Pero esta entrega lo lleva un paso más allá al permitirte tener grupos de hasta 8 personajes en batalla, organizados en dos filas (delantera y trasera).
Esta decisión añade una capa estratégica muy bien recibida que enriquece cada enfrentamiento. El control de personajes y la rotación entre filas trae nuevas posibilidades tácticas: puedes golpear desde la primera línea, resguardarte para recuperar recursos o combinar roles según la situación.
El combate es exigente,especialmente en las dificultades medias y altas, pero no llega a frustrar hasta el punto de detener el avance. Además, la inclusión de habilidades únicas para cada aliado y la posibilidad de transmitir habilidades entre personajes hace que la personalización de tu equipo tenga verdadero impacto en el estilo de juego. Aunque eso sí, ha desaparecido el sistema de oficios secundarios, lo cual le resta posibilidades y más de uno lo echará en falta.
Aunque la jugabilidad es sólida, no es perfecta. La curva de dificultad puede sentirse un poco abrupta si no estás acostumbrado a RPG por turnos tradicionales. Y a veces, el hecho de tener tantos personajes puede hacer que las batallas se alarguen más de lo necesario, sobre todo en enfrentamientos contra enemigos menores.
Una vez más, hace magia con sus gráficos en 2D-HD

Octopath Traveler 0 sigue apostando por el amado estilo HD-2D, una mezcla entre pixel art clásico y efectos modernos de iluminación y profundidad. En PS5 este estilo se luce gracias a resoluciones elevadas y tiempos de carga prácticamente inexistentes. Cada zona del mundo respira vida, con animaciones sutiles y arte que parece sacado de una mezcla entre un clásico de 16 bits y un juego contemporáneo.
Esta fusión estética es actualmente una de las más bonitas dentro del género, y Octopath Traveler 0 es posiblemente su mejor exponente hasta ahora. La banda sonora es otro punto alto. Con temas que acompañan perfectamente tanto los momentos tranquilos como los combates épicos, la música añade emoción y peso a cada paso de tu viaje.
La variedad de melodías es amplia, y algunas composiciones te acompañarán en la memoria mucho después de apagar la consola. En cuanto al rendimiento en PS5,el juego se mantiene estable, con una tasa de frames sólida y gráficos nítidos que aprovechan la potencia de la consola sin mostrar caídas significativas durante la exploración o los combates.
Sin embargo, algunos aspectos como la gestión de texturas o efectos de luz parecen conservadores considerando el potencial de la plataforma — hay momentos en los que da la sensación de que el juego podría haber ido aún más lejos visualmente o que innova poco dentro de su propio campo.
Análisis de Octopath Traveler 0: conclusiones

Octopath Traveler 0 puede no haberse presentado de la mejor manera al provenir del nefasto lanzamiento de la franquicia en dispositivos móviles. Pero su paso por consolas y PC es una experiencia sólida, completa y que en más de una ocasión demuestra ser un paso más en la franquicia, con algunos elementos que esperamos que se conserven en futuras entregas.
No es perfecto, y que sea la primera entrega de la saga que jugamos obligatoriamente en inglés, obstaculiza bastante. Pero sin duda gustará a los fans de la saga, que llevábamos años esperando una nueva entrega, y esta cumple con creces por su lavado de cara y los nuevos elementos que aporta.


- Lavado de cara en los combates, pero sin perder la identidad.
- La historia cuenta con un nuevo enfoque, más centrado en el protagonista principal.
- La construcción de la ciudad es un buen añadido a la franquicia.

- La curva de dificultad puede ser tediosa.
- Misiones secundarias poco originales y repetitivo.
- Exploración muy rígida.
- Falta de textos en español.