
Casi siempre que os traigo una reseña como Tenkaichi: la batalla definitiva n.º 5, digo lo mismo: «Un buen manga no necesita complicarse demasiado para hacer las cosas bien si sabe cuáles son sus virtudes».
Dicho de otra manera, a veces lo único que queremos es ver a un grupo de hombres y mujeres cuya única habilidad en esta vida y en la otra es la de traer la muerte a sus adversarios de la manera más espectacular posible.
Si bien es cierto que una historia con una narrativa profunda, un argumento rompedor y unos diálogos de calidad siempre es un plato de buen gusto, también encontramos grandes historias compuestas de una violencia tan gratuita que hasta asusta.
Al menos ese es mi caso. Me gusta variar, y es por esto mismo que lecturas como Tenkaichi me parecen tan necesarias. A fin de cuentas, aquí todo se resume a una cosa: Nobunaga va a morir, por lo que decide ceder el trono de Japón.
Sin embargo, lejos de guiarse por los preceptos habituales de cualquier sociedad, decide hacerlo de manera muy diferente: mediante un torneo en el que cada candidato debe traer a un guerrero capaz de construir un legado de sangre.
Esta es la premisa sobre la cual se ha construido una trama que no solo lleva 10 volúmenes, sino que sigue abierta y es cada vez mejor. Todo sea dicho, que esto sea así es gracias a Kyotaro Azuma, el excelso dibujante de La batalla definitiva.
Si bien es cierto que he alabado la capacidad de Yosuke Nakamaru para escribir personajes interesantes, no estaríamos ante una obra destacable de no ser por la espectacularidad de sus batallas.
Reseña de Tenkaichi: la batalla definitiva n.º 5 | Portada, sinopsis y edición

¡Yagyû Munenori, el espadachín sin par, contra William Adams, el monstruo marino! La encarnizada batalla del tercer encuentro de la primera ronda del Tenkaichi alcanza su sangriento final. En el cuarto combate llegará el turno de Kamiizumi Tsenokami Nobutsuna. Es el maestro espadachín por excelencia y fundador del estilo Shinkage, que reúne lo mejor de la esgrima japonesa. Se enfrentará a Hino Chôkô, la encarnación imbatible de un dios de la fuerza, el cual ha sido bendecido con un cuerpo y un poder divinos.
Colección | Tenkaichi vol. 5 de 10 (serie abierta) |
Autoría | Yosuke Nakamaru y Kyotaro Azuma |
Género | Acción, artes marciales, aventura |
Formato | Tapa blanda con sobrecubierta |
Tamaño y páginas | 13,1 x 18 cm con 192 páginas en b/n |
Precio | 9,95 € |
Traducción | Manel Vázquez López (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 6 de marzo del 25 |
Reseñas | Volúmenes anteriores |
Por supuesto, estas no serían posibles sin una mente creativa capaz de diseñar artistas marciales con un estilo de combate atractivo, singular u original. Eso es algo que todos tenemos claro. Pese a ello, por muy buena que sea tu idea, necesitas algo más.
En un manga tan básico (y no lo digo en el mal sentido) como Tenkaichi, ese algo tiene que ser el dibujo. Menos mal que Kodansha decidió confiar en Azuma-sensei, puesto que, de otra manera, es muy posible que este manga no hubiese llegado a buen puerto.
Si tras todo esto sigues aquí, entiendo que te interesa. Si no conoces el manga, te recomiendo que le eches un vistazo a nuestras primeras reseñas. En caso contrario, vamos a la cuestión que nos acontece: ¿Qué podemos esperar de la quinta entrega del manga?
Tenkaichi, una historia que se resume en una sola palabra: VIOLENCIA

Pues, a grandes rasgos, más de lo mismo de siempre. Y yo que me alegro, la verdad, pues cuando abro un tomo cualquiera de Tenkaichi, lo que espero encontrar es a un grupo de locos reventándose la cabeza de la peor manera posible.
Por supuesto, tenemos de todo, desde protagonistas algo más cabales hasta psicópatas que solo encuentran su razón de ser en la batalla. Los hay más sobrios o tranquilos, pero al final todos comparten el mismo rasgo: su pasión por la lucha.
De hecho, muchos de ellos van más allá, reflejando los aspectos más rastreros o perversos del ser humano. Incluso aquellos que hacen las veces de espectadores están mal de la cabeza. Los hay quienes incluso se excitan —sexualmente— cuando ven uno de estos combates.
En resumen, esta quinta entrega de Tenkaichi: la batalla definitiva mantiene el carácter histriónico de todos sus luchadores. Curiosamente, este tomo pone fin por la vía rápida al duelo entre Yagyū Munenori, el espadachín sin par, y William Adams, el monstruo marino.
Por primera vez en lo que llevamos de historia, uno de los dos luchadores era tan abrumadoramente superior al otro que no hubo duelo real. Las primeras estrofas de su particular canción de guerra fueron poco más que un preludio. Un insulto a la inteligencia y habilidad de su rival.
No diré quién se lleva la victoria, pero es la primera vez que se muestra algo parecido. O lo que es lo mismo: Nakamaru-sensei nos está diciendo que, incluso en este mundo de monstruos y bestias, hay cosas peores. Hay genios y grandes luchadores, pero…
Dios vs. Demonio

De manera tal vez inconsciente, ya está diciendo los nombres de los grandes favoritos del torneo. Curiosamente, dos de ellos se enfrentan en este quinto tomo, y el nuevo combate enfrenta a un dios contra un demonio. Así se presentan, y lo cierto es que le hacen honor a su nombre.
Son tan abrumadoramente fuertes que uno de ellos lleva años suprimiendo su verdadera naturaleza. Fue uno de los responsables de asentar la posición de Nobunaga, sembrando el caos en el campo de batalla solo con la fuerza de su cuerpo.
El segundo es considerado el artista marcial legendario. Era tan fuerte que le prohibieron desenvainar su espada y, desde entonces, nunca ha desobedecido. No le ha hecho falta. De eso han pasado 50 años. ¿Cambiará en este combate? Tiene pinta de que sí, pero, de momento, ninguno parece haberlo dado todo.
Lo que sí nos ha quedado claro es que son dos auténticas bestias pardas. Es más, parecen los dos más fuertes que hemos visto hasta la fecha, por lo que el ganador de este duelo podría ser el final boss del torneo si las cosas no cambian.
Todo sea dicho, el quinto número de Tenkaichi es algo más pausado que los anteriores. La primera parte del nuevo combate es casi de tanteo. Hay varias conversaciones y secciones más pausadas, pero no es otra cosa que la calma antes de la tempestad.
Diría que es uno de los menos intensos hasta la fecha, siendo algo así como una entrega valle para rebajar un poco la tensión. Bueno, más o menos, porque lo menos intenso de este manga es ver a un hombre de solo Dios sabe cuántos metros reventar una jaula de acero gigante.
El tomo «más tranquilo» solo porque hay más flashback y diálogos

Si eso es lo más chill que nos van a dar, apaga y vámonos. Y sí, estoy encantado de que sea así. Es justo lo que espero de un manga así: violencia sin parangón y poco más. No le pido otra cosa y, por suerte, no me la está dando. Se mantiene fiel a su estilo.
Eso no quiere decir que el autor no trabaje en el trasfondo, el lore o la narrativa. Poco a poco, Nakamaru-sensei va estableciendo más bases y conceptos para que la historia no sea un sin control. De hecho, diría que su principal virtud es controlar el ritmo de la trama.
Si no fuera así, no sería tan entretenido. Lo que quiero decir con esto es que no debéis esperar que el argumento profundice demasiado o que los diálogos sean una locura de lo buenos que son. No es lo que busca ofrecer ni lo pretende. Lo suyo es otra cosa, y ahí es tremendamente bueno.


- Es muy sincero con lo que ofrece.
- El dibujo es realmente bueno.
- El ritmo es directo y frenético.
- Aunque simple, es bastante entretenido.
- El trasfondo y los personajes tienen cada vez mejor pinta.

- No innova demasiado.
- Si buscas una trama algo más compleja, no es para ti.