Reseña manga: ‘La novia era un chico’

Reseña sobre la obra de Chii, licenciada en España por Fandogamia Editorial

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¡Hola a todos! Hace ya varias semanas, tuve la brillante idea de llevar conmigo un manga para leer en un viaje. Era una obra en la que tenía puesto el interés por diferentes motivos y que, contra todo pronóstico, acabé leyendo en las horas muertas de carretera. Efectivamente, me estoy refiriendo al manga que nos reúne hoy aquí: La novia era un chico, de Chii.

La novia era un chico

La encargada de su licencia en España ha sido Fandogamia, editorial de que me he declarado fan en más de una ocasión. Y no es para menos: el trato de su equipo, sus ediciones y las licencias que consiguen forman un todo que ya quisieran algunas editoriales grandes de este país. En el caso que nos ocupa hoy, La novia era un chico nos cuenta las vivencias de Chii —una mujer trans— desde su infancia hasta su feliz boda. Tranquilos, no es spoiler, sale en la sobrecubierta delantera del tomo.. Fandogamia nos resume así la historia de esta obra autobiográfica y autoconclusiva:

Una preciosa historia real sobre amor y transición de género Chii cuenta, de manera autobiográfica, los avatares de haberle asignado el género masculino al nacer y cómo debió sobrellevar su disforia hasta la edad adulta. A través de sus experiencias en las relaciones con otras personas, con el amor y con la sexualidad cuenta, aportando datos de interés sobre el colectivo LGTBI+, los desórdenes de identidad de género y la reasignación de sexo, cómo consiguió llegar a convertirse en esposa.

Edición

Como viene siendo costumbre en las novedades de Fandogamia, La novia era un chico presenta una edición más que correcta: papel, impresión del dibujo… Todo en su sitio. El tomo tiene encuadernación rústica y unas medidas de 21 cm x 14,84 cm. En total, 152 páginas, de las cuales 22 son a color —bonito detalle— y el resto en blanco y negro. En cuanto a la traducción, encontramos un loable trabajo de Luis Alis y, al igual que en Mi experiencia lesbiana con la soledad, corrección de sensibilidad LGBT de la mano de Paula S. Salvo alguna que otra errata, se trata de una adaptación más que decente y muy concienciada con los temas tan delicados.

Dibujo

La ya mencionada obra de Kabi Nagata guarda algunas similitudes con La novia era un chico: autobiografía, LGBT… y un estilo de dibujo simple y desenfadado. Chii refleja sus vivencias como chica y mujer trans a través de viñetas sencillas, y personajes pasados por el filtro chibi: cabezones y pequeñitos. Resulta curiosa esta decisión artística, ya que, aunque gran parte de la obra Chii describe momentos que podríamos considerar cómicos, también toca asuntos muy serios y adultos.

Reseña manga: La novia era un chico dibujo
Reseña manga: La novia era un chico

Afortunadamente, este «choque» no rompe nunca la narrativa de la obra: abraza ese estilo y la comicidad como sello propio, de modo que no resulta forzado cuando su autora comenta vivencias personal más duras. Asimismo, dentro de su sencillez, los personajes encuentran una gran expresividad en sus facciones, provocando una reacción en el lector de empatía con ellos y de divertimento en varios de sus gags.

Personajes

Tratándose de una obra tan humilde y cortita, La novia era un chico no cuenta con un amplio abanico de personajes. En primer lugar, tenemos a la propia Chii, que es quien acapara, por razones obvias, gran parte del manga. Por otro lado, tenemos al novio —no se revelan nombres, supongo que por temas de privacidad—. Se trata de un hombre bastante optimista, muy alegre y siempre dispuesto a apoyar a su mujer. Por último, el resto de la familia de Chii y otros secundarios que solo sirven para representar momentos anecdóticos. Los familiares, sorprendentemente, aceptan la situación de su hija, frente a todos los problemas de la sociedad con los que se topa Chii en su camino para vivir como una mujer.

La autora se muestra a sí misma de una manera muy acertada en mi opinión: natural, espontánea, insegura, divertida… Lejos de idealizarse o de representarse como una heroína de su colectivo, la vemos tal y como es: una mujer que solo quiere ser feliz. En su camino la acompaña su novio, cuyas optimistas interacciones me han parecido uno de los puntos más negativos de la obra. No tanto por su alegría incesante —ya que seguramente sea así en la vida real—, sino porque en la obra aparece como un pusilánime de acuerdo con todo y con un punto cómico que no siempre acaba de funcionar. Por suerte, su personaje toma un pequeño giro al final de la obra, donde somos testigos de sus miedos.

Concienciación LGBT

Para mí, el principal atractivo de La novia era un chico es la historia que cuenta. Chii es una mujer trans que relata cómo pasó de vivir como un chico a vivir como lo que era en realidad: una mujer. Viviendo en Japón, que no es un país precisamente inclusivo, Chii habla sobre sus desamores, los procesos médicos que tuvo que pasar o momentos cotidianos con su familia y su novio. Junto a estas breves historias, encontramos al final una página a modo divulgación sobre el mundo LGBT.

La novia era un chico LGBTQ+
Reseña manga: La novia era un chico

Términos como la disforia de género, la reasignación de género —y no el cambio de sexo— o las cirugías son algunos de los que encontraremos en las páginas de este breve tomo. Chii nos explica estas realidades de una forma bastante sencilla y amena, por lo que no es necesario tener conocimiento en estas áreas para entender y aprender lo que en ellas se cuenta. En mi caso personal, he echado en falta precisamente eso: más profundidad. En más de una ocasión he sentido que la obra era un poco superficial, ya que no llega a ahondar en temas más complejos.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que, al final, se trata de una divulgación ligera y cuya finalidad es entretener. En ese sentido, La novia era un chico cumple con creces: es directa, divertida y educativa. Su sencillez y «monosidad» la convierten en una lectura apta para todo tipo de público, que podrá acercarse a la realidad de un colectivo invisibilizado durante mucho tiempo, pero que poco a poco va ganando el lugar que merecen en nuestra sociedad.

Conclusiones

La novia era un chico es otro acierto de la editorial Fandogamia. Una licencia que encaja perfectamente en su catálogo, que trata temas muy interesantes, desde un prisma cotidiano y cuqui, pero sin perder su foco: concienciar sobre una realidad dura como es la reasignación de género. Pese a ser una lectura en ocasiones demasiado ligera, se compensa con creces gracias a una correcta edición de Fandogamia, el estilo de su autora, su comicidad y la divulgación LGBTQ+.

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