Jan nació el 4 de noviembre de 2009 y desde ese día cambió la vida de sus padres. La historia de Jan se estrenará en cines el próximo 4 de noviembre, justamente 7 años después, y cambiará la vida de todo aquel que la vea.
Normalmente una crítica de cine habría de hacerse desde la objetividad. Bien, no esperéis eso de mí con La historia de Jan. Algo tan sumamente personal no puede describirse desde la distancia pantalla-espectador.
94 minutos es el tiempo en el que se resumen los seis primeros años de la vida de Jan. Su historia se narra a modo de documental de la mano de Bernardo y Mónica, sus padres.
Todo empezó cuando sus padres reciben la noticia de que su hijo tenía Síndrome de Down. Tras el impacto que esta revelación tiene en la pareja, Bernardo decide escribir, casi a modo de diario, todas las experiencias en un blog. Aquella idea sería el germen de la película que, estoy segura, muchos veréis dentro de poco.
Muchos estaréis pensando que el Síndrome de Down es una enfermedad muy conocida. Que no va a presentar nada que no sepáis. Bueno, precisamente a esa gente la insto más a que vea La historia de Jan. Este documental no trata aspectos técnicos, números, estadísticas… Lo que vais a ver es una historia de superación. Pero no solo de Jan sino también de sus padres. Plano a plano, Bernardo y Mónica nos hablan y nos invitan a vivir con ellos sus primeros miedos. Pero también nos enseñan cómo fueron superándolos con esfuerzo y paciencia pero sobre todo amor. Mucho amor.
Es cierto que Bernardo Moll, padre de Jan y guionista, director y productor de la película, se dedica a la edición de vídeos. También que Mónica Vic, su mujer, es actriz. Pero que esto no os engañe. El documental cuenta con imágenes reales de su día a día. Momentos de sincera intimidad que han querido compartir con nosotros para dar a conocer la vida de las personas con Síndrome de Down y aquellos que les rodean.
Sin embargo, no solo destacan las tiernas imágenes del pequeño sino que la cinta se apoya en un firme guion basado en los escritos de Bernardo en el blog. Blog que, por cierto, nunca dejó de actualizar y a día de hoy sigue igual de activo que al principio. Podéis visitarlo en el siguiente enlace: http://lahistoriadejan.com/
En cualquier caso, y aunque muchos hayamos acabado “con una mota de polvo en el ojo”, la película no persigue la lágrima fácil como podría parecer. Es un canto a la esperanza que rebosa positivismo a través de, a fin de cuentas, La historia de Jan.
