Crónicas de un viajero: Winter Freak 2018

Crónica del evento Winter Freak 2018 (Murcia), celebrado los días 3 y 4 de marzo de 2018

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¡Crónicas de un viajero: Winter Freak 2018!

¡Hola, muy buenas! Soy Marcos Wagih, y hoy vengo a hablaros de Winter Freak 2018. Primeramente, y para perpetuar con esta mi particular costumbre, quisiera agradecer a Inma Cárceles su colaboración. Análogamente, y en esta ocasión con especial énfasis, a voluntarios, organizadores, invitados, etc. por su gran dedicación en el desarrollo del evento.

Winter Freak 2018, analogía del progreso

En esta mi particular experiencia, Winter Freak no es un evento que me resulte realmente desconocido. Como mero espectador, he asistido desde la primera edición. Análogamente, es la segunda vez que tengo el placer de visitar el evento en calidad de prensa. Por tanto, me gustaría narraros mis experiencias en función de lo vivido anteriormente. Emularé, eso sí, una pequeña introducción que redacté allá en su momento en base a una pregunta:

¿Qué es Winter Freak?

Winter Freak es un salón del manga y la cultura alternativa celebrado en Murcia que abarca muy diversas ramas de ocio; mangas, animes, videojuegos, dibujos, cómics, juegos de mesa, etc. son las principales opciones, mas no las únicas. Ellos mismos se definen como el producto de la unión de varias asociaciones juveniles y culturales de la región.

Winter Freak, paradigma de la evolución progresiva

Winter Freak 2018

Actualizándome, ahora sí, podemos asegurar que Winter Freak ha sabido madurar respecto a ediciones anteriores y, más en concreto, respecto al año pasado. Aun con una expectativa de futuro bastante atractiva, ha dejado de ser una apuesta; la candidatura a referente es una realidad. Mi sensación, una vez más, ha sido muy buena. Dejando a un lado reencuentros con viejos conocidos, y sin ahondar en el factor nostalgia, Winter Freak 2018 ha sabido cubrir mis expectativas eficientemente. Pecando de repetir impresiones anteriores, lo recomendaré, una vez más, para todos aquellos que, tal vez, no sepan de su existencia. Si Winter Freak 2017 me pareció un buen evento, Winter Freak 2018 no se queda atrás.

El factor novato ya es un tanto exiguo, y eso se ha podido percibir en la organización. Aun con ciertos errores —cosa lógica al considerar las dimensión en las que se maneja—, han sabido solventar algunas de las fallas más notables de la edición anterior. Nuevamente, sus aciertos superan con creces cualquier error que uno pueda terminar destacando. En esta ocasión, sin embargo, no puedo opinar realmente de aspectos tales como la acampada. Ahora bien, ¿por qué? Muy sencillo. Este año, por motivos personales, no pude quedarme a dormir en el recinto. Análogamente, tampoco pude asistir al domingo, por lo que he tenido que contar con la opinión de algunos compañeros de, eso sí, gran confianza. Terminaré esta no tan breve introducción de la siguiente manera: el año que viene, si las circunstancias me lo permiten, volveré.

Distribución

Sinceramente, creo que ha sido uno de los aspectos más positivos del evento. En ediciones anteriores, la distribución de los estands era, cuando menos, correcta. En esta ocasión, sin embargo, ha rozado el excelente. Primeramente, las colas. Pese a la ingente cantidad de visitantes que hubo a primera hora, la cola fue bastante ágil, cosa que siempre se agradece. Seguidamente, y como siempre, la isla de los artistas —uno de sus mayores aciertos— es quien nos recibe. Para quien no sepa qué es la isla, es un sector enteramente dedicada a dibujantes, artesanos, etc. Justo al lado, y separado por unas vayas muy bien posicionadas, una gran zona dedicada a los juegos de mesa. En lo personal, disfruté especialmente de El Rey Paparajote. Es más, os tenemos reservada una sorpresa a ese respecto.

De igual forma, y siendo un tanto más genérico, no percibí grandes embudos de gente. La zona de los estands comerciales es la que, por norma general, menos visito. Aun así, detecté un mayor espacio. Los pasillos que separaban los puestos eran bastante amplios, lo que facilitaba el tráfico de gente. Los sectores, asimismo, estaban muy bien diferenciados. Por un lado teníamos la zona gaming, por otro, la zona de los estands comerciales y, finalmente, un tercer sector donde se encontraban los estands no comerciales, el escenario grande y el sector comida.

Sectores bien organizados

No quiero ser redundante, así que iré al grano. Universo Freak ha sabido aprender de años anteriores y mejorar. Sinceramente, han cumplido con creces; la distribución fue todo un acierto.

Pese a todo, hubo algunos detalles que no me terminaron de convencer. Por un lado, las mesas para comer. En años anteriores, la zona donde se encontraban los puestos de alimentación contaban con varias mesas y sillas. Este año, empero, solo pude ver unas pocas localizadas en un estand de comida en una esquina. Desconozco el motivo, pero me chirrió ligeramente. Por otra parte, el puesto de información en lo referido a las yincanas. A primera hora, unos amigos y yo intentamos participar en alguna, pero no logramos encontrar la zona para apuntarnos. Seguramente, y así lo considero, no fue más que una falla en la comunicación que no empaña, ni muchísimo menos, la labor de la organización.

Exposiciones

Respecto a las exposiciones, había varias bastante interesantes. En lo personal, me gustó, especialmente, la exposición retro. Igualmente, comparto con vosotros algunas fotos, que no todas, de algunas de estas.

Horario y actividades

Tal y como suele suceder con Universo Freak, y gracias a la colaboración de diversas asociaciones, el horario y las actividades destacaron por su variedad y calidad. No obstante, las grandes vencedoras fueron, sin lugar a dudas, el concurso de cosplay, el show de Keunam y Hermoti, los meet & greet y el K-Pop. Empero —aunque es una opinión pura y plenamente subjetiva—, la presencia de Soy una pringada no me convenció; no terminaba de encajar con la línea y la audiencia del evento. Por otro lado, las charlas y talleres fueron muy notables tanto en variedad como en calidad.

Seguidamente, pero en otro sentido, algunas de las actividades con mayor repercusión fueron las relacionadas con el K-Pop; causaron sensación. Por momentos, inclusive, y pese a contar con un espacio considerable, el espacio se quedó pequeño. El coloso asiático ha ganado mucho peso con el paso de los años. Sinceramente, da gusto observar cómo una organización se adapta, en la medida de la posible, a los gustos de sus visitantes.

Regresando a palabras anteriores, quiero volver a destacar la labor de los invitados, tanto a nivel personal como en las actuaciones. Fue muy grato asistir a espectáculos tales como el de Keunam y Hermoti (disfruté como un enano). El escenario grande gozó siempre de una saludable afluencia. Los torneos de videojuegos gozaron, a su vez, también de gran interés. En líneas generales, un éxito.

Concurso de cosplay

Primeramente, quisiera dar mi enhorabuena a los ganadores de los concursos. Por cierto, Yurai Yu, vencedora del concurso de cosplay individual, será quien represente a España en Magic International Cosplay Masters, en Mónaco. A su vez, muy injusto sería no resaltar la figura de Taifu, cosplayer invitado y presentador de los concursos. Simplemente espectacular. Me encantó su puesta en escena así como su forma de interactuar con el público y los concursantes.

Conclusiones

Quiero concluir, cómo no, con un breve resumen de mis impresiones. La primera línea quiero dedicarla una inevitable recomendación: Winter Freak me parece una excelente opción tanto para avezados de la materia como para novatos. Como evento de cultura alternativa, es muy recomendable. Winter Freak 2018 ha sido, aun con sus posibles fallas, un salón sobresaliente y con una atmósfera muy positiva. Su organización, pese a lo complicado de la tarea, ha sido muy buena, y los voluntarios, como siempre, lo han dado todo y más. De verdad, y con total sinceridad, quiero agradecerles su dedicación. Un aplauso también para sus invitados y las asociaciones implicadas, que se lo curran mucho. Si todavía no conocéis Winter Freak, id el año que viene; no os decepcionará.

Y hasta aquí, mis crónicas de un viajero sobre Winter Freak 2018. ¡Hasta la próxima! Sin más, me despido con la espectacularidad de Broken Wand:

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