‘Nanatsu no Taizai’ (1.ª temporada): análisis anime

Cuando unos tiranos se hacen con su reino, la princesa derrocada comienza a buscar a un grupo de caballeros malvados para que la ayuden a recuperar su reino

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Nanatsu no Taizai (The Seven Deadly Sins)

review Nanatsu no Taizai

¡Hola, muy buenas! Hoy quiero hablaros de un anime para nada desconocido, pero no tan extendido como cabría esperarse. Os hablo de Nanatsu no Taizai (The Seven Deadly Sins) una de las sorpresas más gratas que he tenido el placer de disfrutar en Netflix. La serie, tal y como indica su propio nombre, se inspira en el manga homónimo de Nakaba Suzuki; es una verdadera joya. Aunque mentiría si dijese que no me esperaba algo más tras los primeros episodios, debo confesar que la sensación final ha sido muy grata.

La producción de A-1 Pictures no deja de ser un shōnen desde el primer hasta el último minuto, pero tiene algo que engancha. En lo personal, creo que la gran falla de Nanatsu no Taizai es el no atreverse a dar un paso más. Me explico: la trama es adulta, seria y dramática. La muerte es muy real, mas al mismo tiempo carece de sentido. Debido a las características de ciertos personajes, hay muchos momentos que carecen de verdadera tensión. Uno no siente el peligro de la pérdida por las cualidades de nuestros protagonistas; la cosa se enfría hasta cierto punto. Sin embargo, y pese a todo, Nanatsu no Taizai me ha gustado. Antes de comenzar, me gustaría lanzar un aviso: es posible que penséis, mientras leéis las presentes líneas, que voy a dar muchos palos. Es cierto, es posible que los termine dando.

No obstante, lo haré desde la expectativa. Creo que la serie tiene mayor potencial del que ha exhibido hasta la fecha. Dicho esto, comencemos.

Argumento

Nanatsu no Taizai argumento

Inicialmente, uno podría pensar de manera equivoca que nos encontramos ante un anime de carácter religioso. La premisa inicial nos presenta a los Caballeros Sagrados, una orden de guerreros cuya máxima prioridad es proteger al reino de Liones. Dentro de los Caballeros Sagrados existen las llamadas órdenes, que vendrían a ser una especie de escuadrones dirigidos por un líder de equipo. En ese contexto se encuentran Los Siete Pecados Capitales, una orden de caballeros legendarios y de poder asombroso. Se dice que, en su día, traicionaron al reino y masacraron a cientos de Caballeros Sagrados ellos solos. Ciertamente, los tintes religiosos son innegables, pero no son el eje de la historia.

En otro orden de cosas, la historia nos sitúa junto a Elizabeth Liones, princesa del reino. Al parecer, los Caballeros Sagrados se han desviado de su rumbo. Ungidos en la oscuridad, desatan el caos y la tiranía a su paso. Ella, desesperada, sale en busca de Los Siete Pecados Capitales (LSPC a partir de ahora), pues piensa que son la única oportunidad del reino. Una vez conoce a Meliodas, su legendario capitán, comienza la aventura. En los primeros compases de la serie la trama es sencilla: buscar al resto de sus compañeros para ayudar a Elizabeth. Descuadra, en realidad, la facilidad con la que el caballero accede a la petición de la princesa. Es algo forzado, aunque mucho más adelante (ni en la primera temporada) se termina descubriendo por qué. Esto, a mi juicio, es un pequeño error.

¿Una motivación real?

Sin incurrir en el spoiler, es difícil creer que el capitán acceda tan fácil. Es muy sencillo; demasiado shōnen para mi gusto. Pese a que todos seamos plenamente conscientes de que la va ayudar, tal vez habría sido mejor un comienzo un tanto más obtuso. Nos descuadra esa gentileza tan sublime de quien se supone que es un asesino de caballeros sagrados. Aunque luego encaje todo a la perfección, los primeros minutos de metraje son demasiado amables. No podemos encontrar una verdadera motivación; despista un poco. El resto de sus compañeros, sin embargo, se unen de manera mucho más natural, pues al final es su capitán quien está reclamando su ayuda.

Contexto

The Seven Deadly sins

Creo que la base es buena. De hecho, soy un ferviente amante de aquellas tramas que abusan de ciertos tópicos religiosos. Los Pecados Capitales, en su concepto original, siempre me han llamado la atención. The Seven Deadly Sins aprovecha de forma excelente los recursos religiosos para cimentar las bases de su historia. Aunque sea un simple nombre de una orden, la cosa no se queda ahí. Su nombre y su origen tienen un motivo que, sin embargo, y una vez más, no descubriremos hasta temporadas posteriores. A su vez, debo romper, en esta ocasión, una lanza a su favor: guardar secretos es necesario para mantener la tensión argumental. Hasta ahí la cosa pinta bien.

La epicidad es una constante en todo momento y, de verdad, hay momentos que te rompen. Aunque escasos, los giros de guion son una auténtica delicia. De igual forma, en más de una ocasión tuve que retroceder un par de minutos para volver a ver una escena determinada. Hay situaciones en las que, sin más, aluciné. Otra cosa no, pero Nanatsu no Taizai maneja el clímax como pocos.

Los combates y los poderes

Si esperáis un desarrollo argumental de un personaje débil, olvidadlo. The Seven Deadly Sins está pensada para crear caos. Los personajes más débiles son verdaderas bestias, y los protagonistas… Tanto LSPC como sus enemigos son criaturas de un cuento de terror. Sus poderes alcanzan cotas inimaginables para un ser humano desde el minuto uno; imaginad cuando tengan que aumentar su nivel de poder. Las batallas están a la orden del día, los palos vuelan y las nubes de polvo y destrucción son el pan de cada día. No me parece realmente mal, pero aquí es donde está su mayor fallo.

Aunque los combates son el mayor atractivo de la serie, existe un pero muy grande: la muerte. La muerte siempre ronda a los protagonistas y enemigos. Es algo muy natural. Cuidado, porque aquí puedo soltar algún que otro spoiler, mas no puedo evitarlo si quiero explicarlo. No citaré nombres, aunque sí cierto tipo de situaciones. En tiempos de guerra, la muerte siempre anda cerca. Sin embargo, el tema de la inmortalidad y la resurrección se trata de manera muy insustancial. Hay muchos personajes que, literalmente, no pueden morir. Otros que, así como así, parecen estar muertos, pero no. El reino de los muertos no ejerce su función como destino final, sino que en muchos casos es un lugar de tránsito.

Me rompe. Sinceramente, me rompe mucho. No puedo evitar sentir cierta falta de tensión al saber que los personajes no pueden morir. No solo eso, sino que nuestros protagonistas parecen estar tocados por la vara de la gracia. Me gustan los aumentos de poder, pero no los que se producen por la sangre caliente. La ira, el dolor, la frustración, etc. parecen desatar todo aquello que han escondido por años… ¿Por qué? ¿Hasta que tu amigo no recibe mil palos no reaccionas? ¿Te dan una paliza, pero no lo das todo? Hay momentos en los que esto tiene lógica; hay otros tantos en los que no. Por consiguiente, creo que hay muchas cosas que se pueden mejorar en ese sentido. Pese a todo, Nanatsu no Taizai posee una trama interesante e intensa, con momentos impactantes y un buen gancho.

Personajes

La mayoría de personajes de Nanatsu no Taizai (no confundir con Sin: Nanatsu no Taizai, otra serie muy distinta) tienen personalidades muy logradas y la caracterización es buena; no hay dos iguales. Esta, posiblemente, es una de sus mayores virtudes. En cualquier caso, hay determinados rasgos que no encajan. Un ejemplo: Meliodas. El capitán de LSPC es una persona jovial, amable y, hasta cierto punto, tierna. En combate carece de maldad, no disfruta de hacer daño a nadie y evita la muerte en la medida de lo posible… Y es un pervertido de remate.

A la mínima, manosea sin pudor alguno a la princesa, quien no reacciona; me desagrada esa faceta del anime. Ella, aunque avergonzada, no reacciona. Simplemente deja que meta su cabeza debajo de la falda a mirar o le toque los pechos sin pudor. El ecchi gratuito siempre me ha molestado, aunque en Nanatsu no Taizai la cosa se desmadra. Creo que es un aspecto que sobra. La serie es buena, muy entretenida y con gran potencial. Este tipo de fanservice le hace un muy flaco favor a su valoración general.

Finalmente, podría hablaros de todos y cada uno de sus personajes de manera individual, mas no lo haré. De hacerlo, esta mi peculiar reseña se haría demasiado larga y, además, resultaría inevitable hacer más de un spoiler. Simplemente diré que, en particular, LSPC gozan de una gran profundidad. Están muy bien desarrollados y es un disfrute ir conociendo, poco a poco, más de ellos. La variedad del elenco, la presencia de secundarios, villanos, etc. es uno de sus mayores logros.

Animación y banda sonora

La animación es buena, pero no sobresaliente. La calidad de imagen que nos ofrece Netflix es intachable. No obstante, A-1 Pictures no demostró aquí todo su potencial. No os equivoquéis, no digo que la animación sea mala. Es más, es de notable. Eso sí, puestos a pedir, creo que The Seven Deadly Sins se merece más recursos. Las siguientes temporadas, empero, van solventando este inconveniente; el crecimiento es indiscutible. Además, hablamos de una serie de 2014. Aunque parezca mentira, estos últimos 4 años han protagonizado un avance brutal en lo que a animación se refiere. No es su mejor baza, pero no rompe en ningún momento con el deleite del anime.

A su vez, la paleta de colores y la banda sonora destacan de manera muy positiva. El coloreado permite discernir muy bien la ruptura entre un mundo amable y un mundo de guerra. A su vez, la banda sonora (perdonad mi vocabulario) es un jodido espectáculo. Los momentos son perfectamente acompañados por la música; es capaz de emocionar, tensar o entristecer a partes iguales con su sola presencia. La he disfrutado como un enano, y eso es mucho decir. De verdad, no tiene desperdicio alguno. Cuando debe ser un mero acompañamiento, lo es y, por otro lado, cuando tiene que destacar y meternos en situación, lo hace. Un verdadero espectáculo tanto a nivel de alarde técnico como de saber estar.

Doblaje

A nivel de traducción, tanto en doblaje como en subtítulos, el equipo ha realizado un gran trabajo. En primer lugar, los subtítulos. A nivel de fuente y color, sobresaliente. A mí gusto, un buen subtitulado no debe destacar, simplemente estar. Es lo que te permite seguir la acción, pero jamás debe llamar la atención. Por eso es ideal una fuente sencilla y un color neutro, y eso es por lo que ha optado Netflix. En ese sentido, de diez. Es fácil de seguir y de leer, no te descentra de la acción y te sitúa con gran corrección.

La versión original (V. O. S. E.) es maravillosa. Los actores de doblaje japoneses nunca dejan de sorprenderme, y es que su pasión es irrefutable. Si os soy sincero, me fascina el cómo una lengua tan diferente a mi vernácula me permite transportarme, con tamaña facilidad, a un mundo de ficción. Su labor es, cuando menos, loable y digna de mención. Como siempre, un espectáculo digno de contemplar, aunque suele pasar desapercibido.

Y, por desgracia, lo mismo sucede con el doblaje en español. No puedo hablar de nadie en particular, pues sería un insulto al resto del reparto: todos lo hacen francamente genial. Si queréis saber más sobre el mismo, en eldoblaje podéis encontrar la ficha con todos los integrantes del equipo. Volviendo al tema, de diez. Los actores de doblaje al español no se quedan, ni mucho menos, atrás. La adaptación es verdaderamente buena, y eso que siempre he preferido el V. O. S. E. Me alegro de haber dado una oportunidad a la versión española; es, simplemente, genial. Voces, registros, calidad técnica, adecuación al movimiento corporal y, sobre todo, bocal de los personajes… Aunque no es perfecto (la perfección no existe) anda muy cerca.

Conclusiones

Sinceramente, creo que está todo dicho. Recordaré mis palabras anteriores: aunque parezca una lluvia de palos, no lo es. Nanatsu no Taizai, alias The Seven Deadly Sins, es una buena serie pese a sus contras. Es, ante todo, muy entretenida. En mi caso, en menos de tres días me fundí la primera temporada entera. Me habían hablado mucho de ella, pero no le había dado la oportunidad que, ahora sí, sé que se merece. Si podéis, echadle un ojo. Si os gustan las series de acción, y el shōnen en su estado más puro, seguro que os gustará.

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